Como parte de las actividades para celebrar el Año Dual México-Alemania, Gertrudis Zenzes, viuda de Ernst Saemisch, adelanta que la exposición será del 21 de junio al 22 de julio y reunirá 120 obras, además de que el investigador alemán Michael Nungesser estudiará los textos periodísticos y ensayos que Saemisch escribió cuando fue reportero durante los años 20 del siglo pasado.
Ernst Saemisch (Alemania, 1902- México, 1984) fue un pintor de la Bauhaus que se enamoró del paisaje y de las culturas prehispánicas de México, fue un periodista y escritor tan coherente con sus ideales de justicia que cuando estudió en la Academia de Arte de Kassel le prohibieron la entrada por sus pensamientos revolucionarios y con la llegada de la Segunda Guerra Mundial sus pinturas fueron quemadas por considerarse antinazis. Este artista, que de niño solía esquiar con Albert Einstein, será recordado en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Xochimilco, con la exposición La serpiente y la montaña, el mundo simbólico de Ernst Saemisch.
“El escritor René Avilés Fabila conoció a Ernst Seamisch y tuvo interés para hacer la exposición a través de la UAM. Será una muestra grande e incluirá talleres con el experto en Bauhaus, Fernando Gálvez de Aguinaga”, señala Gertrudis y agrega que le gustaría que la obra de su esposo también se exhiba en un museo administrado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México.
Además, añade, que en octubre, una parte de la obra de Saemisch se mostrará junto con la de otros artistas alemanes en el Museo de Arte Moderno, actividad en proceso de planeación.
Sobre la temática que abordará la exposición en la UAM-Xochimilco, Gertrudis Zenzes comenta que Saemisch se centrará en dos elementos recurrentes en su obra. “Se titula serpiente y montaña porque cuando estaba en Valle de Bravo, encendía el vochito para ir a tierra caliente a apropiarse de la naturaleza y siempre tenía encuentros con las serpientes, por ejemplo, decía: ‘hoy se atrevió a enderezarse’”, recuerda.
Zenzes también narra que aparte de pintor, su esposo fue alpinista “y con frecuencia se iba a los Alpes, a la parte más alta y ahí se quedaba a vivir con los campesinos; entonces la montaña fue un símbolo vital al igual que la serpiente”.
—¿Qué le inspiraba a Ernst?
—La cultura prehispánica. Cuando tenía 16 años sufrió de fiebre reumática, entonces estuvo inmovilizado dos meses y su papá le llevó muchos libros, pero dos fueron los que más le impresionaron: uno sobre Tíbet y otro sobre México prehispánico. Cuando llegó al país (en 1964) traía el anhelo de vivir la experiencia del arte prehispánico y cuando estuvo frente a la Coatlicue, ese arsenal de conceptos europeos sobre lo bello chocaron con la diosa mexica, fue un verdadero terremoto para él porque siempre vivió a fondo las experiencias. “Él decía que pintar era un riesgo diario de la vida. También decía que sus pueblos favoritos era el finlandés y el italiano, pero su pueblo sagrado era México”.
Actualmente Gertrudis es la encargada de la asociación civil Ernst Seamisch y desde el inmueble ubicado en Escandón resguarda la obra de su esposo, que hasta la fecha ya está catalogada y suma 7 mil piezas entre bocetos, anotaciones y obras de gran formato.
—¿Qué tan difundida es la obra de Saemisch?
—A él lo caracterizó una actitud contestataria, el movimiento expresionista le marcó de por vida, de algún modo eso ha permeado su relación con el capitalismo, el mercado del arte, a no formar parte del tinglado de los famosos… en Alemania lo buscaron galerías interesantes pero no le dio seguimiento, en México tuvo varias exposiciones y cuando falleció, me visitaron los pintores Vlady y Belkin y decidieron rescatar la obra, a raíz de eso el Museo Carrillo Gil organizó una exposición-homenaje.
“De algún modo en su pintura se incorporan las rupturas del expresionismo y Bauhaus, pero no deja de ser un trabajo muy original y lo que necesita es que lo descubran y lancen. Espero que un día de estos llegue ese momento”.
—¿Qué pasará en un futuro con la obra?
—No puede estar guardada, el futuro sería que la obra se deposite en museos y coleccionistas privados.
La catalogación de la obra del pintor que fue hecha con apoyo del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, no incluye cartas y escritos que realizó en vida, por ello, el investigador Michael Nungesser recopilará esa parte del archivo no explorado.
“Llegará en septiembre a revisar el conocimiento de Ernst, también con el apoyo de Estéticas de la UNAM, investigará su vida en México y su vida en Alemania. Ernst nació con el siglo de las rupturas, desde filosóficas hasta políticas, eso permeó su interesante vida, porque aparte de pintor, fue escritor y periodista. Fue subdirector de una agencia de noticias alemana que dependía de Inglaterra y luego lo nombraron director de la sección extranjera, entonces viajaba y escribía mucho”, indica Gertrudis.
Todo eso, agrega, se investigará y el resultado se plasmará en un libro. “Junto con la Universidad estamos buscando apoyos financieros, así como de empresarios alemanes porque la idea es que el libro pueda salir en el marco del Año Dual”.
Fuente: Crónica