En Hamburgo, la segunda ciudad más importante de Alemania, se prohibió el consumo de cápsulas de café (dósis individuales) en los edificios institucionales, ya que se han convertido en un serio problema para el medio ambiente.
Investigaciones locales aseguran que si se colocaran en fila las cápsulas de café que se venden al año, le darían la vuelta al mundo once veces. Por ello, los activistas en favor del medio ambiente llevan un largo tiempo pidiendo la prohibición de este producto, porque además de la cantidad, están hechas con plástico y aluminio, por lo que resulta muy difícil de reciclar.
Por este motivo el ayuntamiento de Hamburgo prohibió las máquinas de café necesarias para preparar estas cápsulas. De esta forma, la ciudad alemana se convierte en la primera del mundo en erradicar el consumo de los envoltorios altamente contaminantes.
Fuente: Experience