La Tuna, comunidad en la que nació Joaquín Guzmán Loera, prácticamente está abandonada.
Solamente algunos ancianos, mujeres y niños se ven en la vía pública.
En contraste, son frecuentes los operativos de vigilancia por tierra y aire de las fuerzas federales, pese a que el capo se encuentra ya recapturado.
De acuerdo con testimonios recabados, los hombres de la comunidad salieron por temor a ser detenidos. Nadie dice a dónde se fueron.
Joaquín El Chapo Guzmán ya se encuentra detenido, pero los operativos de la Marina Armada de México aún continúan en Sinaloa e incluso en la comunidad de La Tuna, Badiraguato, lugar de origen del líder del cártel del Pacífico, por lo que algunos han decidido escapar del lugar.
En una visita realizada por Excélsior se logró constatar que la vigilancia continúa por tierra y aire en la llamada “cuna del narcotráfico” en México, en la cabecera municipal se encuentra el primer puesto de control de la Marina, donde inspeccionan todos los vehículos que suban o desciendan de Badiraguato.
Con la presencia de la Marina se dio la ausencia de sus habitantes, la plaza principal de este municipio se observa sola, en las calles hay poco tránsito y hasta los comercios lucen desolados.
Siguiendo los caminos hacia el Triángulo Dorado, formado por los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, se puede apreciar a más elementos patrullando en la zona.
Llegar hasta La Tuna no es nada sencillo, 115 kilómetros por carretera y el resto por difíciles caminos y brechas hacen que no todos quieran o puedan subir, el trayecto es de seis horas en vehículos todo terreno.
Son caminos solitarios, el único ruido es el del viento, los movimientos de las hojas en los árboles y algunas aves, en todo el trayecto sólo dos carros iban descendiendo, cuando en otras ocasiones, antes de los operativos de la Marina, era más constante verlos.
Antes de llegar a la tierra que vio nacer a Joaquín Guzmán Loera, las montañas de la Sierra Madre Occidental, dejan ver la comunidad de La Tuna, localizada a mil 11 metros sobre el nivel del mar, enclavada en la sierra de Sinaloa, donde habitan alrededor de 100 personas.
Entre todas las viviendas vistas desde lo lejos destaca la de Consuelo Loera Pérez, madre de El Chapo, que tiene una gran explanada, palapa y decorada con tejas, está pintada de colores tan llamativos que sería difícil pasar desapercibida.
Los vecinos cuentan que siempre está dentro de su casa, su edad ya no le permite moverse con facilidad, por lo que hace pequeños recorridos hacia la iglesia o a la Casa del Cielo.
Pero no todos se encuentran, las calles lucen prácticamente desiertas y sólo se alcanza a ver personas de avanzada edad, mujeres y niños que asisten a las escuelas de la localidad.
Don Isidro Aguilar, es uno de ellos, él narra que los elementos de la Marina tienen semanas rondando en esta comunidad, que algunos pasan diariamente por tierra únicamente patrullando, pero los helicópteros sobrevuelan a todas horas.
Asegura que son pocas las oportunidades que tienen las personas que habitan en lo alto de la sierra y la mayoría se dedica a “andar con armas, esas si hay muchas, andar con armas para arriba y para abajo”.
No hay problema para transitar entre sus calles y admirar las casas, incluida la de doña Consuelo, nadie te molesta, pero todos vigilan, es inusual ver personas ajenas a la propia comunidad, comentaron algunos pobladores.
No saben dónde se encuentra la mayoría de los hombres del pueblo, o si lo saben no lo desean revelar, pero algunos dan a entender que escaparon o se encuentran trabajando internados todavía más en la sierra.
Esto coincide con lo dicho por don José Luis Guzmán; él revela que la mayoría de los pobladores, quienes están en edad de trabajar lo hacen en el cultivo de enervantes, principalmente amapola, pero los soldados han destruido los sembradíos.
Sobre la recaptura de Joaquín Guzmán Loera no desean hablar, dicen sentirse tristes porque es una persona que ayuda a quien no tiene y en la sierra hay demasiadas personas en esas condiciones.
Fuente: Excélsior