De momento no tiene intención de jubilarse. “Me encuentro muy bien y con gran ánimo de celebrar mi cumpleaños”, dijo la semana pasada desde Moscú, donde fue homenajeado con una estrella en el paseo de la fama de la capital rusa.
A lo largo de su carrera, ha interpretado un centenar de papeles que lo han llevado a los coliseos más importantes del mundo. En 2014 volvió al Teatro Real de Madrid recuperado de los problemas de salud que le impidieron cantar allí un año antes. “Tengo planes para seguir unos cuantos años”, aseguró entonces.
La carrera artística de Domingo (Madrid, 1941) arrancó en México, a donde se trasladó con su familia cuando tenía ocho años. Allí se casó nueve años después con la pianista mexicana Ana María Guerra Cué, con quien tuvo un hijo. En 1965 volvió a contraer matrimonio, esta vez con la soprano Marta Ornelas, madre de sus otros dos vástagos.
El terremoto que asoló la capital mexicana en 1985 se llevó la vida de sus tíos. El tenor participó en las labores de rescate y, desde entonces, ha ofrecido varios conciertos en memoria de las víctimas. El último fue el pasado septiembre, cuando dirigió a la Filarmónica de la Ciudad de México en la Plaza de las Tres Culturas con motivo del 30 aniversario del sismo.
Aunque vive a caballo entre grandes urbes y desde 2003 dirige la Ópera de Los Ángeles, ha estado muy unido a México y a España.
Desde 2007 cuenta con una estatua de bronce en la capital mexicana. En España ha sido distinguido con premios como el Príncipe de Asturias de las Artes y la Orden de las Artes y las Letras.
Su debut como barítono fue en 1959, cuando interpretó a Pascual en Marina en el teatro Degollado de Guadalajara, Jalisco. Su primera vez como tenor fue ese mismo año en Monterrey, donde se convirtió en Alfredo en La Traviata.
Pero su despegue tuvo lugar en 1962 al viajar a Tel Aviv e incorporarse a la ópera nacional de Israel, con la que cantó en casi 300 representaciones.
La ópera ha estado en el centro de su carrera, siendo Otelo y Tosca las que más veces ha interpretado, pero también ha abierto la puerta a la música popular. Entre sus facetas destaca la de director musical y gestor artístico. Tiene el anecdótico honor de ser el primer español que apareció en la serie estadunidense de dibujos animados Los Simpson, así como de tener el récord Guinness por el aplauso más largo de la historia.
Domingo protagonizará la apertura del Baile de la Ópera de Viena el próximo 4 de febrero, en la que cantará y también dirigirá a la Filarmónica de Viena, anunció ayer el prestigioso escenario.
El tenor interpretará los pasajes I’m off to chez Maxim’s y Silent Lips de la opereta La viuda alegre, de Franz Léhar, junto a la soprano rusa Olga Peretyatko.
La estrella española tomará la batuta en esta apertura del llamado “baile de los bailes” para dirigir a miembros de la Filarmónica de Viena y de la Orquesta de la Ópera de Viena la obertura de El barbero de Sevilla, de Rossini.
Fuente: Excélsior