El alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, aseguró la madrugada de este viernes, que prácticamente “los dejaron encuerados”, luego de constatar las condiciones en las que dejaron las instalaciones de la seguridad de la capital morelense y las finanzas del municipio.
«Yo tengo mucha confianza de que vamos a salir adelante. Soy hombre de palabra y aquí frente a todas las cámaras lo voy a repetir, voy a pelearme por todos los ciudadanos que confiaron en mí, que creyeron en mi palabra y como lo dijo ahorita el secretario de seguridad, nos han dejado ahora sí ‘encuerados’, pero hay que ponernos a trabajar, hay que ponernos a chambear duro para sacar a Cuernavaca adelante”, dijo.
El edil de Cuernavaca insistió en que hay un pendiente de 750 millones de pesos al municipio y se los tiene que pagar, “que nos los regresen… (existe) un deuda que se la tiene que regresar al municipio, son 750 millones que los tienen y que no los ha regresado”.
Jorge Messeguer hizo pública la demanda, pero no dijo que se trataba de una deuda y que los inmuebles que solicitaba fueran devueltos a la administración del ayuntamiento, también pertenecen al municipio.
Las acusaciones contra Blanco Bravo, fueron publicadas en un rotativo nacional en el que Jorge Messeguer Guillén, quien fue el candidato del PRD, aseguró que pedía ese dinero para gobernar Cuernavaca y los inmuebles históricos del Jardín Borda y el Palacio de Cortés, para usarlos como oficinas.
Messeguer Guillén, es el mismo personaje que intentó calumniar a Cuauhtémoc Blanco una semana antes de la elección, tras subir una foto a las redes socialesen la que acusaba al ahora alcalde de Cuernavaca de intentar golpearlo, tras solicitar un debate.
Personas que se encontraban en el restaurante donde se registró el suceso el pasado 31 Mayo, videograbaron y además dieron testimonio de lo ocurrido, para desmentir al político perredista que ahora es el Secretario de Movilidad y Transporte de Morelos.
En el video se observa como el entonces candidato perredista, va hasta la mesa de Cuauhtémoc y lo reta al debate, mientras personas que estaban en otras mesas, se paran y corren a gritos al Messeguer del lugar.
Fuente: Excélsior