La propaganda norcoreana está llena de amenazas de guerra, pero el país es también extremadamente sensible a las críticas contra su régimen autoritario, que Seúl reanudó en sus transmisiones transfronterizas el viernes, por primera vez en casi cinco meses.
Pyongyang se queja de que tales transmisiones ascienden a una declaración de guerra. Cuando Corea del Sur reanudó brevemente las transmisiones en agosto tras una pausa de 11 años, los dos países se enfrascaron en un duelo de artillería, según las autoridades de Seúl.
Hablando ante una enorme multitud en la Plaza Kim Il Sung de Pyongyang, un jerarca del partido gobernante dijo que las transmisiones, junto con la posibilidad de que Estados Unidos y Corea del Sur desplieguen aviones de combate estadounidenses capaces de arrojar bombas nucleares, han llevado a la península coreana «al borde de la guerra».
Estados Unidos y Corea del Sur sienten «envidia» de la exitosa prueba de una bomba de hidrógeno de Corea del Norte, dijo Kim Ki Nam, secretario del Partido de los Trabajadores, en comentarios difundidos por la televisión estatal el viernes.
La agencia de noticias surcoreana Yonhap reportó que las posiciones del ejército cerca de las 11 bases desde donde se emiten las difusiones por altavoces se encuentran en estado de máxima alerta. Seúl, añadió el despacho, ha desplegado misiles, artillería y otros sistemas bélicos cerca de la frontera en caso de cualquier posible provocación norcoreana. El Ministerio de Defensa de Corea del Sur no confirmó la versión.
Si bien las difusiones propagandísticas de Corea del Sur incluyen también noticieros y música pop, gran parte del contenido es un desafío a la autoridad hegemónica del régimen norcoreano.
«Esperamos que nuestros compatriotas coreanos en el Norte puedan vivir lo más pronto posible en una sociedad que no oprima las vidas individuales», señaló una de las transmisiones con voz femenina, según la prensa surcoreana. «Las dictaduras incluso tratan de controlar los instintos humanos».
Las transmisiones ocurren en momentos en que las potencias mundiales están tratando de hallar otras maneras de responder a lo que pareció ser el intento de Corea del Norte de poner a prueba una bomba de hidrógeno el miércoles.
El secretario de Estado John Kerry exhortó a China, el único aliado importante de Corea del Norte y su principal fuente de materiales, a poner fin a «la relación acostumbrada» que ha tenido con Norcorea.
Los diplomáticos en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas prometieron aprobar nuevas sanciones en breve. Sin embargo, la única manera en que unas nuevas sanciones puedan funcionar es que China coopere.
Líderes militares surcoreanos y estadounidenses también han ponderado el posible despliegue de «recursos militares estratégicos» en la zona, informó el Ministerio de Defensa de Seúl. Las autoridades se negaron a dar detalles, pero probablemente se trata de bombarderos B-52, aviones sigilosos F-22 y submarinos con capacidad de lanzar misiles nucleares.
Fuente: La Razón