Mireles, quien se levantó en armas en el municipio de Tepalcatepec el 24 de febrero de 2013 contra del cártel de Los caballeros templarios que traía asoleada a toda esa región de Tierra Caliente con delitos como secuestro, homicidio, extorsión, cobro de piso y violación, comentó que se encuentra en el penal federal 12 de Hermosillo, Sonora desde junio de 2014 por haberse levantado en armas en contra de la delincuencia.
“Le pido perdón al gobierno mexicano y sus instituciones oficiales y no oficiales, y a su estructura esparcida por el territorio nacional por haberles faltado al respeto por mis palabras o acciones, por haberlos ofendido por omisiones y desobediencia civil, por haber abusado por mi pensamiento liberal y por haber alterado el orden político de Michoacán y de mi patria”, subrayó el ex líder de autodefensas.
José Manuel Mireles, quien fuera detenido el 27 de junio de 2014 en la costa michoacana cuando comandaba a grupos de autodefensa de las regiones de la Costa, Sierra y Tierra Caliente dijo que ha decidido estar en paz con Dios, sus gobernantes, autodefensas su familia y con el pueblo.
El doctor Mireles se refirió a los poderes del país, a quienes les pidió perdón por la mala interpretación de las leyes y desobediencia civil que pudieron haber causado daño. También pidió perdón a sus hijos por haberlos abandonado a la deriva. Dijo que quiere estar en paz con Dios y con lo que le queda de familia. “Perdía a mi esposa, mi ganado y no quiero perder a mis hijos”.
Se disculpó con su padre, porque lo abandonó a sus 83 años. “Perdón por haberte desobedecido cuando fueron a pedir ayuda para que creara un grupo de autodefensa y no entendí lo que me quisiste decir.
Agradeció a los líderes sociales el apoyo brindado durante el tiempo que ha estado preso y asumió su responsabilidad histórica, no obstante demandó al gobierno federal la liberación de autodefensas que aún continúan presos tanto en Guerrero como Michoacán, porque finalmente se sumaron a una lucha sin mayor conocimiento de causa, abandonado na su suerte a sus familias, cuando la mayoría de ellos viven como jornaleros agrícolas, cortadores de limón, mango, caña y aguacate.
Fuente: La Jornada