Arabia Saudita «no puede ocultar su crimen» de ejecutar a un destacado clérigo chií sólo con cortar las relaciones con Irán, afirmó el martes el presidente iraní, mientras los aliados del reino árabe empezaban a limitar sus lazos diplomáticos con Teherán.
Las declaraciones del presidente iraní, Hassan Rouhani, se producían después de que Kuwait anunciara la retirada de su embajador en Irán por los ataques contra delegaciones diplomáticas saudíes en la república islámica.
La ejecución el fin de semana del jeque Nimr al-Nimr, un clérigo chií y destacado opositor, en Arabia Saudita, agravó la rivalidad regional entre Riad y Teherán y amenaza con descarrilar los ya frágiles esfuerzos de paz para las guerras en Siria y Yemen.
Rouhani habló sobre la actual crisis diplomática con el ministro danés de Exteriores Kristian Jensen, de visita en el país, según un comunicado en el sitio web del presidente iraní.
El gobierno saudí ha tomado una medida extraña y cortado sus relaciones diplomáticas con la República Islámica de Irán para cubrir sus crímenes de decapitar a un líder religioso en su país», indicó Rouhani.
Sin duda, estas acciones no pueden cubrir un crimen tan severo», agregó.
El vicepresidente de Irán, Mohammad Bagher Nobakht, dijo el martes al dirigirse a la prensa que los servicios de inteligencia del país investigan los ataques a misiones diplomáticas y que los agentes policiales que no llevaron a cabo acciones para frenar los ataques serían procesados.
La policía iraní dijo que por lo menos 50 personas han sido arrestadas en relación al ataque.
La crisis diplomática comenzó el sábado cuando Arabia Saudita ejecutó al clérigo Al Nimr y otras 46 personas condenadas por delitos de terrorismo. Fue la ejecución más numerosa en el país desde 1980.
Al-Nimr, que fue una figura central en las protestas de la minoría chií inspiradas en la Primavera Árabe, negó haber llamado a la violencia. Las noticias sobre su ejecución provocaron protestas chiíes desde Bahrein hasta Pakistán.
En Irán, los manifestantes atacaron la embajada saudí en Teherán y su consulado en Mashaad. El domingo por la noche, el ministro saudí de Exteriores, Adel al-Jubeir, anunció que el reino cortaría sus relaciones con Irán por los ataques, dando al personal diplomático iraní 48 horas para salir del país.
Sudán y el pequeño Estado insular de Bahrein dijeron el lunes que cortarían lazos con Irán.
Además, el gobierno bahreiní anunció este martes la suspensión de todos sus vuelos con destino y origen en Irán, informó la agencia oficial de noticias BNA.
El Departamento de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Comunicación y Transporte, explicó en un comunicado que esta decisión se tomó debido a la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Los Emiratos Árabes Unidos anunciaron que distanciarían sus relaciones con Teherán al nivel de encargado de asuntos de interés, mientras que otros países difundieron comunicados criticando a Irán.
Kuwait anunció el martes la retirada de su embajador en un comunicado recogido por la estatal Agencia de Noticias de Kuwait, sin entrar en detalles. No estaba claro en un primer momento cómo se verían afectados los lazos bilaterales.
En la pequeña Kuwait conviven chiíes y suníes de forma pacífica. El país tiene el sistema político más libre de todo el Golfo Pérsico.
Mientras tanto, la tarde del martes cientos de manifestantes chiíes marcharon en Sitra, al sur de la capital de Bahrein, Manama, por la ejecución de Al-Nimr. Un periodista de The Associated Press observó cómo la policía arrojaba gas lacrimógeno y perdigones, mientras un protestante lanzaba bombas de gasolina. Varios manifestantes fueron heridos a causa de los perdigones.
En una misiva enviada el lunes a Naciones Unidas, Irán «lamentó» los ataques contra las delegaciones diplomáticos y prometió detener a los responsables. En la carta, el enviado iraní ante la ONU, Gholamali Khosroo, dijo que se había detenido a más de 40 personas que participaron en las protestas, y que las autoridades buscaban a otros sospechosos.
En respuesta a una carta saudí, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó los ataques de manifestantes iraníes contra sedes diplomáticas saudíes. El comunicado, acordado tras horas de negociaciones, no aludía a las ejecuciones saudíes ni a la ruptura en las relaciones entre los dos países.
Arabia Saudita e Irán compiten desde hace tiempo por una posición de influencia en Oriente Medio. Su rivalidad se agravó tras la caída de Saddam Hussein en Irak y el caos de la Primavera Árabe, lo que dio lugar a guerras indirectas entre ambos países en Siria y Yemen.
Otras potencias mundiales han intentado calmar las tensiones. Alemania pidió el lunes a ambas partes que reparasen sus lazos, mientras que Moscú se ofreció como mediador, según un alto diplomático ruso no identificado al que citó la agencia estatal de noticias rusa RIA Novosti.
La Casa Blanca instó a Arabia Saudita e Irán a no dejar que la disputa desbarate sus esfuerzos por poner fin a la guerra civil en Siria.
Fuente: Excélsior