“Era el clima típico de un desprendimiento de roca”, dice Stock, geólogo oficial del parque y especialista en desprendimientos. “Creo que de haber sido una noche tranquila y silenciosa, lo habría escuchado. Pero aquella noche nada tenía de tranquila o silenciosa”.
Lo que Stock habría escuchado era la avalancha de una losa de roca que caía por la Cara Regular del Noroeste, ruta de ascenso de 671 metros en el Medio Domo, icónica cumbre de granito de Yosemite. Aunque tal vez ocurrió en julio 3, no fue notificada sino hasta dos días después, cuando los montañistas Andrew Brodhead y Scott Sinner intentaron escalar la ruta y tuvieron que regresar al descubrir que se había desprendido una enorme laja, dejando una sección de terreno vertical, muy escarpado, que parecía infranqueable.
La plancha de roca caída tenía la forma de un triángulo isósceles: 60 metros de alto y 30 de ancho, con un espesor aproximado de 1.5 a 4.5 metros y un peso de alrededor de 2.2 millones de kilogramos.
Para un escalador experimentado en la ruta, la desaparición de tanta roca habría sido tan sorprendente como para un neoyorquino que caminara tranquilamente por la 5ª Avenida y de pronto viera que había desaparecido el edificio Flatiron.
“No sé cuántos han subido por esa cara”, dijo Stock. “¿Miles? ¿Decenas de miles? Y ahora se ha ido”.
Si una ruta de escalada fuera como una carretera vertical, entonces este desprendimiento de roca sería tan problemático como el colapso de un puente importante. Y si no construyen un puente nuevo, tendrán que encontrar otra manera de rodear el agua.
Algunos escaladores pasaron todo julio tratando de buscar ese camino; sin embargo, pese a un puñado de intentos, hasta ahora no se ha llevado a cabo un solo ascenso completo por la Cara Regular del Noroeste. En cualquier caso, la mayoría de los montañistas ha optado por evitar el Medio Domo debido a informes de continuos desprendimientos, si bien más pequeños. Y muchos se preguntan si la cara norte del Medio Domo se ha vuelto ya demasiado peligrosa.
“Es natural que la roca cambie con el tiempo”, explica Alex Honnold, montañista profesional de Sacramento, California, famoso por sus osados ascensos sin cuerdas y en solitario. “[Pero] siempre es lamentable ver semejante cambio en una ruta clásica”.
La Cara Regular del Noroeste del Medio Domo es una de las rutas de escalada más preciadas del mundo. En 1957, Royal Robbins, Mike Sherrick y Jerry Gallwas realizaron el primer ascenso a lo largo de cinco días, un logro muy importante en aquella época. Para 2015, dicha ruta era objeto de más de una docena de ascensos a la semana, y aunque la mayoría de los equipos solía terminar la escalada en un día o dos, Honnold tiene el récord de velocidad no oficial: 1 hora, 22 minutos.
Al preguntarle si el desprendimiento de julio le causó temor o le hizo reconsiderar su afición a escalar sin cuerdas, Honnold responde: “Me parece absurdo preocuparse por fenómenos naturales anormales. Jamás me detengo a pensar si me caerá un relámpago en un día despejado. Si llegara a morir en un incidente geológico masivo como este será porque, evidentemente, me habría llegado la hora”.
Un desprendimiento de rocas es parte de cualquier escalada, del mismo modo que una avalancha es parte del riesgo del esquí de alta montaña. Para los geólogos, los desprendimientos no son motivo de pesadilla, sino un misterio científico a resolver. Hay muchas causas típicas que actúan conjuntamente a lo largo de días, meses o siglos, hasta que llega el momento en que la gota proverbial derrama el vaso y se desencadena un acontecimiento geológico espectacular.
“Solo hace falta un poquito de agua o el ligero estremecimiento de un terremoto”, prosigue Stock, “y entonces, cae un bloque que ha permanecido estable mucho tiempo”.
La mayor parte de los desprendimientos de roca de Yosemite es consecuencia de un fenómeno geológico llamado exfoliación, donde las capas de granito, bajo presión interna extrema, son expulsadas hacia fuera al punto de caer.
“En esencia, el Medio Domo está compuesto de capas, como una baraja”, dice Stock. “La exfoliación es el proceso en que esas capas van cayendo y revelan la siguiente capa del farallón. Sin embargo, es difícil determinar qué causa su caída”.
A mediados de julio surgió una pista. En una publicación de su blog, Jason Haas, escalador de Colorado, describió una situación que presenció en junio mientras subía por la Cara Regular del Noroeste. Un grupo de montañistas que le seguía de cerca se había sentado sobre un bloque de piedra del tamaño de un refrigerador, conocida como “chockstone” o piedra de cuña. De pronto, la roca se movió y se precipitó varios metros dentro de una amplia grieta por detrás de la saliente.
El encajamiento de las piedras de cuña es “un medio reconocido que apuntala grandes láminas de roca en los farallones”, dice Stock, aunque no puede asegurar que el incidente que describió Haas haya conducido al desprendimiento de julio 3.
“No dudo que el área que cayó estuviera manifestando señales de desestabilización progresiva que llevaron al desprendimiento”, concluye.
El Valle de Yosemite ha tenido más desprendimientos documentados que cualquier área de tamaño similar, con un promedio anual de 40 a 70 incidentes. La mayor parte son pequeños, pero cada año ocurre al menos un desprendimiento de varios cientos de metros cúbicos. “Y cada 10 años”, añade Stock, “hay un desprendimiento de decenas de miles de metros cúbicos de roca”.
Con solo 800 metros cúbicos, el desprendimiento de julio 3 será registrado como un incidente menor, pero desprendimientos anteriores (algunos indicados en el diagrama inferior) fueron asentados como terremotos y crearon corrientes de aire lo bastante poderosas para derribar árboles. El incidente de 1987, en Middle Brother, cerró el camino de salida del Valle de Yosemite durante dos meses.
El desprendimiento reciente en Medio Domo fue singular porque pasó inadvertido en la oscuridad de la noche. Algunos lo interpretaron –así como la continua actividad- como una señal espiritual. Laramie Duncan, escalador y ex residente de Yosemite, publicó en Facebook una acuarela del Medio Domo con el siguiente comentario: “Amigos escaladores: Con este desprendimiento en el Medio Domo, casi parece que la roca misma rinde homenaje a Dean [Potter]”. (Fotografías: 6 imágenes de los momentos extremos de Dean Potter)
Potter, quien estableció varios récords de escalada en el Medio Domo y a menudo usaba un traje aéreo para hacer saltos BASE desde la cumbre, murió junto con Graham Hunt, en mayo 16, durante un salto desde Taft Point, en Yosemite.
Hace poco, Justen Sjong y Jim Herson, dos experimentados escaladores de Yosemite, intentaron encontrar un nuevo camino por la desfigurada cara. Empezaron a escalar el Medio Domo en julio 27, pero retrocedieron rápidamente al descubrir lo inestable y peligrosa que sigue siendo la zona del desprendimiento. De hecho, Sjong publicó una fotografía del sitio en Instagram.
“Sorprende lo limpia que fue la fractura”, comenta Sjong. “En lo alto del punto de fractura, aún quedan algunos bloques grandes que están por caer… Me puse muy nervioso por su tamaño y la actividad persistente. Al llegar allí, tuvimos que regresar”.
Por supuesto, aún es posible alcanzar la cima del Medio Domo. Un camino de excursionismo de 12.8 kilómetros –más “fácil” y muy popular entre los visitantes del parque- culmina en una estructura de cables y escalones para subir al lado oriental del pico.
No obstante, los montañistas preferirían ascender a la cima por la Cara Noroeste, más desafiante, empinada y larga. Esa ruta es un rito de paso para los escaladores de Yosemite y la idea de que tal vez ya no sea accesible bastó para que dos montañistas del sur de California viajaran a Yosemite, solo para ver si podían hacer algo al respecto.
Joshua Reinig y Howard Ballou no iban a permitir que desapareciera una de sus rutas de escalada favoritas. A fines de julio, este par pasó cinco días trabajando para abrir un nuevo sendero hacia la cumbre cruzando la cicatriz de roca.
Durmieron en un “portaledge”, plataforma/tienda de campaña colgante que instalaron debajo de la cicatriz: posición muy precaria y extraordinariamente peligrosa, sobre todo después del incidente. Grava suelta del desprendimiento reciente les llovía encima, en tanto que todo el farallón temblaba mientras los bloques se movían y asentaban.
“Por la noche, sentíamos que la pared vibraba mucho”, recuerda Reinig. “Eso, definitivamente, contribuyó a la emoción”.
A fin de atravesar la cicatriz del farallón, los escaladores instalaron una serie de pernos para sujetar cuerdas y equipo. Esa “escalera de pernos” servirá de puente para cruzar la cicatriz de roca y es un arreglo temporal para mantener la ruta abierta para los montañistas.
“Aunque sabemos que no es la mejor manera de subir allá”, escribió Brendan Latham, guardia de escaladas de Yosemite, refiriéndose a los nuevos pernos, “la sección que debe ser reconectada es súper empinada y lisa”.
Reinig y Ballou descubrieron otro camino potencial que no necesitará pernos adicionales, el cual rodea la cicatriz por el lado derecho. Con todo, seguir esa ruta –al menos por ahora- resultó ser demasiado peligroso a causa de unos amenazadores bloques sueltos. Por ejemplo, Reinig describió varios bloques del tamaño de lavadoras balanceándose en las salientes.
Aún no se ha verificado un ascenso completo, pero con los nuevos pernos instalados, los escaladores creen que solo es cuestión de tiempo para que los aficionados al montañismo se decidan a correr el riesgo y la Cara Regular del Noroeste recupere su popularidad.
Fuente: NatGeo