David Bowie no sólo fue un camaleón en los escenarios, sino un astuto zorro para las finanzas. Después del batacazo de 1974, en que rozó la bancarrota, y de su disputa con su primera mujer, Angie, decidió tomar las riendas de su imperio creativo con iniciativas como los «Bonos Bowie» y con masivas giras mundiales que cimentaron su fortuna, estimada en cerca de 180 millones de euros.

Los beneficiarios, por ese orden, serán su segunda esposa de 60 años, Iman, Alexandria, su hija de 15, y su hijo de 44, el cineasta Duncan Jones (antes conocido como Zowie Bowie). Los tres estaban en su lecho de muerte y todo hace pensar que la herencia se quedará en casa, acrecentada por las ventas de su último álbum, «Blackstar» (que puede en su décimo número uno) y por la escalada de sus viejos éxitos en iTunes desde su muerte.

Bowie escribió más de 700 canciones y ha vendido en vida más de 140 millones de álbumes, pero en la cúspide de sus primeros éxitos fue víctima de los tiburones de la industria musical y estuvo al borde de la ruina, antes de salir a flote con el mítico ‘Diamond Dogs’ tour.El primer ocaso de su carrera Otras dos grandes giras -The Serious Moolight, en 1983, y The Glass Spider, en 1987- le sirvieron para recaudar el equivalente a más de 200 millones de euros. En 1997, peleado con las listas de éxitos en el primer ocaso de su carrera, logró sin embargo revolucionar la industria de la música con los ‘Bowie Bonds’, que permitieron a los inversores compartir su ‘royalties’ duante diez años.La compañía de seguros Prudential pagó a la estrella 50 millones de euros por los derechos de sus primeros 25 álbumes, grabados antes de 1990. «El acuerdo le permitió retener a medio plazo sus derechos y asegurar el futuro económico su familia desde que cumplió los 50 años», declaró al Daily Mail el banquero David Pullman, artífice de los o «grandes éxitos» financieros del cantante.

Bowie invirtió una parte de su fortuna en el ladrillo, comprando y vendiendo casas en Nueva York, Los Angeles, Suiza, Australia, la isla caribeña de Mustique (predilecta de Mick Jagger) y el barrio londinense de Kensington. La casa en Londres la vendió, sin embargo, en el 2009 por 10 millones de euros.Desde ese momento volvió esporádicamente a su ciudad natal (para enseñarle su barrio a Alexandra o para explorar en secreto la exposición que le dedicó en el 2013 el Victoria & Albert), pero su hogar estaba en su codiciado ático de Manhattan, valorado en algo más de siete millones de euros.

Fuente: El Mundo