El ataque comenzó a primera hora, cuando un grupo de cuatro terroristas irrumpió entre disparos y granadas en la Universidad Bacha Khan de Charsadda, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, a apenas 40 kilómetros de la ciudad de Peshawar, donde se encuentra la escuela asaltada hace 13 meses.
Cuatro horas después del inicio, el director general de la oficina de Relaciones Públicas del Ejército (ISPR, en inglés), Asim Bajwal, informó en su cuenta de Twitter de la muerte de los asaltantes, después de que sus francotiradores hubieran matado a «dos más».
Además de los asaltantes, el ataque deja 21 muertos, entre ellas estudiantes, profesores y guardias de seguridad, explicó a Efe un oficial de la Policía regional, Saeed Wazir, a los que hay que sumar a los propios asaltantes abatidos.
El vicerrector de la Universidad de Bacha Khan, Fazal Rahim, dijo a medios locales que en el ataque al centro, donde se encontraban unas 3.000 personas, fallecieron cuatro guardias de seguridad y un policía.
La muerte de uno de los profesores fue narrada al canal estatal Pakistán Tv por uno de sus colegas.
«Había más de 600 invitados para una charla poética. El profesor del Departamento de Química Hamid fue asesinado delante de mí. Los terroristas entraron en la habitación en la que estábamos. Me apresuré al baño. A él le mataron, yo sobreviví», relató el docente, que no fue identificado.
Pese a que medios locales aseguraron que un líder talibán paquistaní había reivindicado el asalto, el principal referente de ese grupo en el país, el TTP, se desvinculó del ataque.
«El TTP condena el ataque terrorista de hoy en Charsadda, y no lo hemos llevado a cabo», aseguró en un comunicado remitido a Efe un portavoz de los talibanes, Muhammad Khurasani.
«Quien quiera que haya usado nuestro nombre para reivindicarlo será llevado ante un tribunal de la sharia» o ley islámica, concluyó el portavoz del principal grupo talibán paquistaní, que remarcó que el líder del TTP, el emir Fazlullah, se desvinculó él mismo del ataque.
Khurasani hacía referencia a la supuesta reivindicación hecha a medios locales por el comandante del TTP Umar Mansoor, cabecilla, según el diario local Dawn, del ataque a la escuela de Peshawar en el que murieron 151 personas, entre ellos 125 niños.
Entonces, los talibanes dijeron que el ataque a la escuela fue como venganza a una ofensiva del Ejército paquistaní en las provincias de Khyber (fronteriza con Khyber Pakhtunkhwa, cuya capital es Peshawar) y Waziristán del norte meses antes.
En esas campañas han muerto al menos 3.500 insurgentes y 488 miembros de las fuerzas de seguridad paquistaníes, según datos oficiales.
Sin embargo, lo que logró el ataque a la escuela fue una intensificación de las medidas antiterroristas por parte del Gobierno paquistaní y el controvertido levantamiento de la moratoria que pesaba sobre la aplicación de la pena de muerte en Pakistán, así como la creación de tribunales militares especiales para casos de terrorismo.
Desde entonces, más de 300 presos han sido ejecutados.
La respuesta al ataque de hoy en un comunicado del primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, parece indicar que su reacción será similar a la tomada con la masacre a la escuela.
«El ataque no es a la Universidad Bacha Khan, sino un ataque a Pakistán y verá una implacable respuesta del Estado. Los cobardes y sus finanzas padecerán nuestra determinación por eliminar el terror. La nación está unida», sentenció Sharif.
Fuente: Vanguardia