Un millón de migrantes llegaron a Europa desde enero, en su mayoría tras una peligrosa travesía del Mediterráneo, anunciaron este martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).
«A 21 de diciembre, unos 972 mil migrantes habían cruzado el mar Mediterráneo, según cifras de Acnur. Y la OIM calcula que más de 34 mil se dirigieron a Bulgaria y a Grecia tras haber pasado por Turquía», indicaron ambas organizaciones en un comunicado conjunto.
«El número representa el mayor flujo migratorio desde la Segunda Guerra Mundial» en Europa, explicó la OIM en otra nota enviada a los medios. En 2014, más de 219 mil refugiados y migrantes habían cruzado el Mediterráneo. En total, 3 mil 692 migrantes murieron o desaparecieron en el mar este año, según la OIM. Entre los que atravesaron el Mediterráneo en 2015, «una de cada dos personas -medio millón de personas- eran sirios que huían de la guerra en su país», aseguraron Acnur y la OIM.
Los afganos representaron el 20 por ciento de las llegadas a Europa y los iraquíes, el 7 por ciento. «Mientras los sentimientos antiextranjeros aumentan en algunos lugares, es importante reconocer las contribuciones positivas de los refugiados y migrantes en las sociedades en las que viven», dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, citado en el comunicado.
Guterres instó a defender los «valores europeos fundamentales» como los derechos humanos, la tolerancia y la diversidad. «Sabemos que las migraciones son inevitables, necesarias y deseables», afirmó, por su parte, el director general de la OIM, William Lacy Swing.
La inmensa mayoría de los refugiados y migrantes -más de 821 mil- pasó por Grecia, adonde 810 mil de entre ellos llegaron por mar. La OIM calcula que unos 67 mil 700 migrantes alcanzaron las costas griegas solamente en diciembre. Unos 150 mil migrantes llegaron a Italia desde enero, cerca de 30 mil pasaron por Bulgaria, más de 3 mil 800 por España, 269 por Chipre y 106 por Malta, según la organización con sede en Ginebra.
Fuente: La Jornada