En este sentido, el informe señala, ante la perspectiva de una fecha situada en el 2040, que “la idea de ceder a ciegas el control al propio vehículo no sólo no termina de calar entre los usuarios, sino que pierde adeptos a medida que se desarrolla. Concretamente, atrae al 21%, frente al 35% del año pasado”.
Claro, claro, si empezamos a preguntar al revés de cómo tendría que ser el proceso, no vamos bien. Creo que una de las funciones de los medios de comunicación, es la de aportar información y un tono crítico ante los que se nos presenta. ¿Porqué lo decimos? por que el ciudadano ha de conocer las características, los sistemas, las pruebas, etc.. Pedagogía crítica para después opinar. Si la pregunta es la de decir: “¿qué opina si le dejamos a ciegas el control de su vehículo…”. La opinión ha de partir de una base argumentada. Preguntar por preguntar, a través del miedo, ¡malo!
¿Alguien cuestiona la visión “a ciegas” del piloto automático de un avión, de un barco o un tren?
Quizás primero hemos de situarnos en una realidad comparada para conocer lo que será con el coche autónomo. Lo hacemos en otras ciencias: política, literatura, etc.. Un estudio comparado nos permitiría ver que de la misma forma en que se quiere hacer conducir el automóvil, ocurre lo mismo desde hace muchos años con el avión con el piloto automático, que da garantía y seguridad, o cuando un barco está en alta mar y navega con un rumbo preciso y autónomo. En los dos casos, la visión “inteligente” y el piloto automático no la cuestiona nadie.
Conducción autónoma no es conducir a ciegas
En el ámbito industrial la garantía de un sistema de visión artificial es capaz de detectar, analizar, clasificar más y mejor que un ser humano. Y un automóvil, equipado con visión artificial en base a sensores, cámaras, etc.. no se le puede decir que va “a ciegas”.
Fuente: Híbridos y Eléctricos