Las autoridades de Nueva York recibieron una amenaza contra su sistema escolar parecida a la de Los Ángeles, pero decidieron mantener abiertos los centros educativos al considerar que no tenía credibilidad.
«Las medidas aplicadas en Los Ángeles fueron una reacción exagerada», dijo el jefe de la policía de Nueva York, William Bratton, en relación al cierre de más de 900 escuelas públicas en la ciudad californiana atendiendo una posible amenaza de bomba.
«Esta reacción es la pretendida por la persona que envió estas amenazas», agregó Bratton, que advirtió que las autoridades «no deben permitir que aumente el pánico entre la sociedad».
Las autoridades de Los Ángeles anunciaron el cierre de las escuelas públicas del área metropolitana de la ciudad después de haber recibido «una amenaza creíble». El cierre se produjo días después de que fueran asesinadas 14 personas en San Bernardino.
En Nueva York, en la misma línea que el jefe de policía, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, afirmó que las escuelas en Nueva York «son completamente seguras» y que los iban a seguir con «sus horarios habituales».
La amenaza de atacar las escuelas de Nueva York se envió por correo electrónico a la oficina del Departamento de Educación del Estado a las 05:00 hora local, según The New York Times.
La tesis de Bratton y De Blasio fue apoyada por la responsable de las escuelas públicas de Nueva York, Carmen Fariña, que en un comunicado explicó que el Departamento de Educación trabaja junto a la policía y reiteró que «no hay razón para alarmarse».
El sistema de escuelas públicas en la ciudad de Nueva York es el más grande de Estados Unidos (Los Ángeles es el segundo), con más de un millón de estudiantes y más de 1.800 centros educativos.
Fuente: Excélsior