La NFL y la NFLPA están investigando las circunstancias en torno a la conmoción que sufrió el mariscal de campo de los Pittsburgh Steelers, Ben Roethlisberger, durante el juego del domingo.
Aunque existe un consenso en que el reporte de sus síntomas por él mismo y su salida del juego son pasos positivos sobre la noción de las lesiones, el sistema de valoración independiente que se emprendió esta temporada tiene la misión de evitar que los jugadores hagan eso.
Como lo hicieron la semana pasada con el mariscal de campo de los St. Louis Rams, Case Keenum, la liga y el sindicato investigan por qué el supervisor independiente y los árbitros no detuvieron el juego y/o emplearon un tiempo fuera médico tras el golpe que causó la conmoción de Roethlisberger.
«Es grandioso que lo haya reportado él mismo», declaró un directivo, «pero ese no es el proceso que todos acordamos».
En la quinta jugada de una serie anotadora de 14 jugadas, Roethlisberger recibió un golpe doble por los cazamariscales de Seattle, Michael Bennett y Bruce Irvin, lo que resultó en un castigo de rudeza sobre el pasador. El mariscal de campo se mantuvo en el suelo varios segundos después de la jugada. Se levantó con ayuda de sus compañeros y no dio señas de malestar. Procedió en las siguientes nueve alineaciones, lo que llevó a los Steelers hasta un gol de campo.
El suplente Landry Jones se encargó de la ofensiva en la serie final, mientras Roethlisberger se dirigió al vestidor.
El sindicato sigue monitoreando la situación de los Rams y Keenum. Fuentes compartieron que los Rams no enfrentarán castigo por su manejo del protocolo de conmociones alrededor de Keenum. El sindicato, no obstante, está interesado en saber por qué, especialmente si la investigación arrojó que la falla del protocolo fue culpa del personal médico de los Rams.
Fuente: ESPN