Las negociaciones de paz para Siria que un grupo de potencias han acordado relanzar tendrán lugar en Ginebra, lo más probablemente hacia finales de enero, dijo hoy el director general de la ONU en esta ciudad, Michael Moller.
«La intención es empezar en Ginebra hacia finales de enero», indicó Moller, quien añadió que el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, efectúa en estos días intensas consultas con las partes implicadas.
«Esperamos tener una idea más clara sobre la fecha en la primera o segunda semana de enero», comentó Moller, responsable de la sede europea de Naciones Unidas en Ginebra.
La guerra civil que comenzó en Siria en marzo de 2011 ha causado más de un cuarto de millón de muertos, obligado a desplazarse a casi la mitad de la población y destruido el tejido económico del país.
En estas circunstancias y tras el fortalecimiento del grupo yihadista Estado Islámico, que controla extensos territorios en el noreste de Siria, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el pasado viernes una resolución para lanzar de nuevo negociaciones diplomáticas y poner fin a la guerra.
Desde 2011, cualquier proyecto de resolución en esa instancia era bloqueado por Rusia, el principal aliado del régimen de Bachar al Asad.
El primer intento de negociaciones, con varias rondas celebradas en Ginebra a inicios de 2014, terminó con un rotundo fracaso.
Además de promover como puntos más urgentes el inicio de las conversaciones entre delegaciones del régimen y de la oposición -tanto política como armada-, la resolución aprobada retoma la idea acordada a mediados de 2012, aunque jamás cumplida, en relación al establecimiento de un gobierno de transición.
Ese gobierno debería entrar en funciones en un plazo de seis meses y sentaría las bases para la celebración de elecciones en los 18 meses que sigan al reinicio del proceso negociador.
Este, en cualquier caso, se anticipa muy difícil por el rechazo de la oposición a cualquier posibilidad de que Al Asad se mantenga en el poder durante el periodo de transición.
Al Asad, por su parte, rechaza cualquier condicionamiento relacionado con su abandono del poder.
Fuente: Crónica