La política, la salud mental y el rap se unen en uno de los discos más sólidos y artísticos de un rapero que se ha transformado en la voz de las luchas raciales de 2015.
Después de forjarse su lugar en el pop más vanguardista, la canadiense ofrece su disco más accesible pero no por ello innovador, confrontativo y brillantemente pop.
Para Jepsen, la manera de deshacerse del fantasma de Call Me Maybe fue realizar un disco sólido, con influencias del pop y R&B de los 1980 y donde todos los temas fuesen perfectos.
La australiana con su disco debut hace lujo de una pluma inteligente, rápida para el humor observacional y una guitarra que se sale de lo esperado para componer el rock moderno.
Las hermanas gemelas francocubanas crearon una oda espiritual a los que ya no están, mientras encuentran maneras de unir su tradición con la electrónica y el R&B.
Kevin Parker, el niño dorado de la psicodelia, logró superarse con un disco que integra en su tejido complejo música disco, letras maduras y atmósferas etéreas.
Solo 5 canciones alcanzan para que la artista inglesa ofrezca de lo mejor del año. Logra estremecer al escucha con melodías oscuras, letras profundas y beats hipnóticos.
La cantautora mexicana se consolidó con 4 Grammy Latinos y un disco que combina la dulzura de su voz con influencias del folklore de su país y melodías pop.
I Love You, Honeybear – Father John Misty
Aunque Father John Misty sea un personaje ideado para revelar las ironías y los excesos del mundo, este disco rompe con la barrera e integra la vida amorosa del autor, Joshua Tillman.
How Big, How Blue, How Beautiful – Florence and The Machine
El pop y el rock, en la voz de Florence Welch, no alcanza mayor grandilocuencia, barroquismo y poesía. Su tercer disco es su mayor apuesta y consecución.