Para el dramaturgo, “ya es hora de que el Estado, con su próxima Secretaría de Cultura, se comprometa con la preservación de este patrimonio intangible”.
Miguel Sabido recuerda las visitas que, de la mano de su padre, hacía a lugares como Ixtapan de la Sal, donde disfrutaba la representación de Los Tres Reyes Magos. Con el deseo de volver a ver aquel espectáculo regresó el año pasado, únicamente para decepcionarse.
“Ya nada más quedan tres señores que se visten de Reyes Magos, salen de la capilla de San Gaspar y le dan la vuelta a la manzana mientras la Virgen los espera en la puerta; con murmullos muy apenados, musitan la adoración y ahí termina.
”Es un hecho que no podemos ignorar: estas ceremonias se están acabando en todo el país y no podemos permitirlo. Sobrevivieron más de 400 años gracias a las cofradías que tenían un santo patrón y que tenían mayordomos que se responsabilizaban de que la fiesta continuara cada año. Ya es hora de que el Estado, con su próxima Secretaría de Cultura, se comprometa con la preservación de este patrimonio intangible porque en todos estos siglos este trabajo ha recaído en manos de particulares”, dice.
Durante cinco décadas Sabido se ha dedicado a rescatar esta práctica ancestral con sus propios recursos; así, ha viajado a diversas localidades para pedir a los mayordomos o depositarios de las tradiciones que le permitan copiar sus cuadernos, además de recorrer mercados como La Lagunilla. El resultado de este trabajo es una colección de 30 manuscritos antiguos que técnicamente se llaman Coloquios del siglo XVI.
Origen
Los orígenes de las pastorelas se remontan al teatro religioso de la Europa medieval; fue traído al nuevo continente por los franciscanos, quienes encontraron en ellas un medio para la evangelización pues no solo facilitaba la transmisión de la enseñanza religiosa, sino que permitía la inclusión de manifestaciones simbólicas y rituales de la cultura indígena: danzas, cantos, y la propia tradición teatral de los naturales.
“Apenas seis años después de la caída de Tenochtitlán en 1521, fray Pedro de Gante escenificó por primera vez, en el gran atrio franciscano de San José de los Naturales, la caminata de María y José, que va de Nazaret a Belén. Esa primera representación sagrada contenía ya elementos míticos europeos como son la Virgen, San José y los ángeles, pero está hecha en náhuatl por quienes, hasta unos años antes, hacían los gigantescos rituales en la plaza mayor “, explica Sabido.
Añade que la pastorela tuvo muy buena recepción por su naturaleza dramática: “Es el segundo ejercicio de San Ignacio de Loyola, que pide que se imaginen dos ejércitos: a la derecha uno de ángeles
comandado por San Miguel, que lleva una bandera defendiendo la parte arcangélica, y a la izquierda uno de diablos comandado por Luzbel. Guerrean por el alma de quien hace el ejercicio. Y ya están ahí los tres elementos fundamentales”.
Tepotzotlán y Acolman
Las pastorelas de Tepotzotlán son las que más fama han cobrado en los últimos años. La primera vez que fueron escenificadas allí fue en 1964, con la dirección de Sabido. Aunque la relación entre el dramaturgo y los dueños de la Hostería del Convento se rompió, el espectáculo ha crecido.
Miguel Sabido presentará La adoración de los reyes en el Ex Convento de Acolman, Estado de México, hoy y mañana a las 18 horas. “Veo los teatros subsidiados con 20 o 30 personas, muy cultas, eso sí; todos somos cultísimos, pero yo digo: ¿dónde incide este teatro colonial, por no usar la palabra colonizado?, ¿cuál es el efecto social de este teatro subsidiado? En tanto, veo el otro teatro, que tiene 3 mil años de existencia y que sí llena necesidades sociales: tan solo en los dos primeros días reunimos mil 500 personas por representación”, señala el dramaturgo.
Las pastorelas de Miguel Sabido
De Metepec.
De Bartolo y Carrasquilla.
De Sor Juanita.
Del ermitaño.com
De la esperanza.
De la fraternidad.
Suave Patria.
Regiomontana.
Fuente: Milenio