El Comité por los Derechos de las víctimas de Bojayá indicó en un comunicado que el acto de reconocimiento y responsabilidad de las FARC «será dedicado a las víctimas» del ataque y contará con representantes de la guerrilla, el Gobierno y la comunidad.
Asimismo, la organización, que es apoyada por la Organización de Naciones Unidas, aclaró que «por su solemnidad y por respeto al dolor de las víctimas» no habrá presencia de ningún medio de comunicación.
La masacre que dejó más de un centenar de heridos ocurrió el 2 de mayo de 2002 en un enfrentamiento entre la guerrilla y miembros de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que habían iniciado un despliegue por la zona en donde tenían influencia las FARC y no había presencia estatal.
Aunque la Defensoría del Pueblo advirtió sobre el inminente enfrentamiento, las autoridades no adoptaron las medidas necesarias para evitar el choque entre los dos grupos ilegales. Los paramilitares llegaron a Bellavista, zona rural de Bojayá, y se atrincheraron junto a la iglesia del poblado.
Tras varias horas de choque armado, las FARC comenzaron a lanzar cilindros bomba (artefactos artesanales hechos con pipetas de gas con metralla en su interior) contra los paramilitares y uno de ellos cayó sobre el templo en donde estaban resguardados decenas de civiles.
Hace casi un año, en el marco del proceso de paz que el Gobierno celebra desde 2012 con las FARC, los guerrilleros tuvieron contacto con representantes de las víctimas del ataque que hicieron parte de los grupos de afectados que viajaron a La Habana para resolver el punto sobre reconocimiento y reparación delas víctimas.
Las FARC reconocieron el error y en un comunicado leído por el guerrillero conocido con el alias de «Pablo Catatumbo» explicaron que «hubo un momento fatal en el que el desvío de un proyectil de fabricación artesanal dirigido contra la mayor posición paramilitar en la localidad provocó la desgracia y el infortunio».
«Lloraron los habitantes de Bojayá y lloramos también nosotros, debemos decirlo sin ofensa alguna, con transparencia y honradez, pues en dicho suceso fatídico murieron inocentes, hombres, mujeres, ancianos y niños, también entre ellos amigos y familiares de los propios insurgentes, quienes tuvieron que vivir ese horror en toda su complejidad y oscuridad», agregó.
Por el hecho también fue condenado el Estado colombiano debido a la omisión que el Ministerio de Defensa cometió al dejar su deber de velar por la seguridad de la ciudadanía que estaba en medio del enfrentamiento de dos grupos ilegales.
Fuente: Vanguardia