En la noche de Navidad se podrá apreciar en todo el mundo la “luna llena fría” o “luna llena de las largas noches”, siendo su máximo esplendor a las 5:11 horas del viernes 25 de diciembre, informó la agencia espacial estadounidense la NASA.
La primera luna de invierno, condición de la que deriva su nombre, no sucedía en estas fechas desde hace 38 años y se repetirá hasta 2034, por lo que los especialistas recomiendan mirar hacia el cielo en Nochebuena y Navidad.
La razón por la que la luna llena no coincide siempre en una misma fecha es por la duración del movimiento de traslación de los diferentes cuerpos celestes, comentó en entrevista el académico del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alejandro Farah.
El especialista explicó que el plenurio o luna llena, que es la fase cuando la Tierra está entre el Sol y la Luna, ocurre cada 29 días y medio, lo que origina entre 12 y 13 lunas llenas cada año y como su movimiento de rotación dura lo mismo que el de traslación, sólo vemos una cara.
Sin embargo, la duración del movimiento de la Tierra alrededor del Sol, que dura en promedio 365.2422 días, puede ser mayor o menor, de ahí que cada cuatro años se agregue un día al calendario.
“Entonces cada año no se pueden repetir en los mismos días las lunas llenas, puesto que los números son fraccionarios, pero cada determinado año se repiten estas coincidencias”, indicó.
El también presidente de la Sociedad Astronómica de México (SAM) comentó que múltiples factores inciden en la duración del movimiento de traslación de los cuerpos celestes.
“Así como nosotros nos movemos alrededor del Sol y la Luna, alrededor de nosotros, nuestro Sol se mueve alrededor de la galaxia y no nada más se traslada alrededor de la galaxia, sino que sube y baja como un vaivén”, explicó.
De modo que “todo tiene que ver por la gravedad desde el centro de la galaxia, del Sol, la Tierra y la Luna; al final es como una danza cósmica perpetua”, apuntó.
La variación irá cambiando conforme se corrija la duración de estos movimientos y de los calendarios, como sucedió cuando se dejó el calendario juliano y se adoptó el gregoriano, eliminándose 10 días de octubre.
“Incluso, el calendario maya tenía correcciones al igual que el chino, este último hacía una corrección cada 19 años”, insertando otro mes, señaló.
El académico recordó que nuestro satélite natural puede apreciarse a simple vista con binoculares y telescopio, sin que la luz que refleja lastime los ojos, aunque si es con este último aparato no debe excederse de un minuto para descansar la vista.
Fuente: Crónica