La foto más esperada por muchos argentinos, la de Cristina Fernández de Kirchner entregando el jueves la banda presidencial a su sucesor, Mauricio Macri, está cada vez más lejos. Enviados de los dos sectores negociaron para evitar la ruptura antes del acto de entrega del poder, pero los representantes kirchneristas comparecieron con gran dramatismo para anunciar que las negociaciones están rotas y que en estas condiciones la presidenta no acudirá al Congreso ni entregará la banda y el bastón a su sucesor. Incluso llegaron a hablar de «golpe de Estado» por la decisión de un fiscal de tramitar la petición de Macri para que la justicia confirme su reclamo de ser considerado presidente en ejercicio desde primera hora del jueves, lo que le permitiría organizar a su manera la ceremonia.
El principal punto de discusión entre ambas partes es dónde hay que realizar el acto de entrega, en el Congreso o en la Casa Rosada. Fernández de Kirchner quiere que el acto se celebre en el Congreso, el mismo sitio donde ella, su marido, Néstor Kirchner (2003-2007), y otro peronista, Eduardo Duhalde (2002-2003), asumieron el poder. Allí, en las tribunas del hemiciclo, estarán sus seguidores y los de Macri. El presidente electo, en cambio, pretende que la ceremonia sea en la Casa Rosada (sede del Gobierno argentino), donde solo estarán sus invitados y donde tradicionalmente se hizo esta ceremonia. Allí recibieron su banda y su bastón los radicales (centristas) Raúl Alfonsín (1983-1989) y Fernando de la Rúa (1999-2001) y el peronista Carlos Menem (1989-1999).
Macri llamó el pasado fin de semana a Kirchner para decirle que él era quien decidía y que el acto sería en la Casa de Gobierno como marcaba la tradición. Después de esa conversación telefónica, Kirchner relató por la red social Facebook que él le había gritado, lo que fue negado por los macristas y en especial la futura vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti.
Si no se logra un acuerdo, la situación llegará al extremo de que será la justicia la que decida cómo se hace la ceremonia de sucesión. Macri presentó este lunes una medida cautelar ante la juez María Servini de Cubría, la misma que investiga los crímenes del franquismo en España, para que determine en qué momento del jueves el poder pasa a sus manos y, por tanto, también su capacidad de decidir el lugar de la ceremonia. Macri sostiene que la Constitución establece que él será jefe de Estado a partir del primer minuto del 10 de diciembre, con independencia de que después jure el cargo ante el Congreso a las 12 del mediodía. El fiscal le dio la razón y esta mañana la juez decidió seguir la misma línea: Macri, según la decisión de Servini de Cubría, será presidente desde la 23.59 de hoy. Este fallo parece el punto final a la ruptura.
Si se llega sin consenso, Macri prevé que en la Casa Rosada sea el presidente de la Corte Suprema de Argentina, Ricardo Lorenzetti, el que le dé el bastón y le ponga la banda. Se trata del mismo juez que el kirchnerismo impulsó en sus comienzos para renovar un tribunal antes desprestigiado y que en los últimos años se ha enfrentado con los Kirchner. Los argentinos se quedarían así sin la imagen más esperada, la de Fernández de Kirchner colocándole la banda a Macri.
Cristina Fernández “secuestra” cuenta de Twitter de Presidencia argentina
La pelea por el traspaso presidencial entre la mandataria argentina saliente, Cristina Fernández, y su sucesor, Mauricio Macri, se extendió hoy también a las redes sociales, donde el kirchnerismo se apropió de la cuenta oficial de Twitter de la Casa Rosada.
La cuenta @CasaRosadaAR, que tiene 320 mil seguidores, cambió su descripción a «Twitter de las Presidencias Néstor Kirchner y Cristina Kirchner 25 de mayo 2003 al 10 de diciembre 2015» y se declaró no oficial a partir de mañana, cuando Macri asuma como nuevo presidente de Argentina.
También se modificó el enlace web que aparece en la biografía, que pasó de enlazar a la web oficial de la Presidencia argentina para hacerlo a una página personal de Cristina Fernández.
Fuente: El País