En este interactivo ‘doodle’ los usuarios tienen que colocar las partituras de su obra en el orden correcto para pasar de nivel. Hay cuatro diferentes, cada uno con una mayor dificultad. El minijuego permite escuchar ‘troceadas’ varias partes de sus obras para así poder situarlas más velozmente en su lugar correspondiente.
Con este ‘doodle’ los desarrolladores de la empresa se han superado. No sólo entretiene, también resulta de lo más gracioso observar como el músico pierde una y otra vez sus partituras, por el ataque de un caballo, de una bandada de pájaros, el paso de un carruaje o el simple viento.
Al acabar las cuatro misiones, el pobre Beethoven descubre el Olímpo de la música: su Novena Sinfonía. Maravillosa jugabilidad, animación y entretenimiento.
Hijo de Maria Magdalena Keverich y Johann van Beethoven, nació en Bonn (hay quien discute que la fecha fue el 16 y el 17 de diciembre fue el día de su bautismo), en el seno de una familia modesta, y murió 57 años después en Viena como compositor, director de orquesta y pianista, que influyó en importantes obras musicales del siglo XIX y habiendo hecho trascender la música del romanticismo.
Las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara.
Su producción incluye los géneros pianísticos (32 sonatas para piano), de cámara (16 cuartetos de cuerda, 7 tríos, 10 sonatas para violín y piano), vocal (lieder, dos misas y una ópera: Fidelio), concertante (5 conciertos para piano y orquesta, uno para violín y orquesta) y orquestal (9 sinfonías, oberturas, etc.), entre las que se encuentra el ciclo de las Nueve sinfonías, incluyendo la Tercera sinfonía, también llamada en castellano Heroica, 3 en mi mayor, la Quinta sinfonía, en do menor y la Novena sinfonía, en re menor (cuyo cuarto movimiento está basado en la Oda a la Alegría, escrita por Friedrich von Schiller en 1785).
Fuente: MVS