La economía mexicana cerrará 2015 con una recuperación en su ritmo de crecimiento y una inflación en un nivel mínimo histórico, cercano a 2.0 por ciento, con lo que sortea favorablemente el entorno internacional adverso.
A lo largo del año, la actividad económica nacional enfrentó retos externos, como la caída del precio internacional el petróleo, la desaceleración global y la volatilidad del tipo de cambio, generada por la postergada alza en las tasas de interés en Estados Unidos, concretada hasta diciembre.
Tras un desempeño moderado, que motivó en la mayor parte del año ajustes a la baja en la expectativa de crecimiento por parte de autoridades y especialistas nacionales e internacionales, la economía aceleró su crecimiento en el último trimestre.
Así, pasó de alzas de 2.5 y 2.3 por ciento a tasa anual en el primer y segundo trimestres del año, y sorprendió con un alza de 2.6 por ciento entre julio y septiembre, por arriba de lo esperado, con lo que acumuló un avance de 2.5 por ciento en los primeros nueve meses de 2015.
En los últimos dos meses, analistas del sector privado subieron su pronóstico de crecimiento en 2015, para ubicarlo en 2.45 por ciento, tasa superior al avance de 2.3 por ciento en 2014 y de 1.3 por ciento en 2013, y para 2016 mantuvieron su estimación de 2.74 por ciento.
Las proyecciones de los analistas están en línea con las estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), de que la economía crecerá en 2015 en un rango de 2.0 a 2.8 por ciento, y para 2016 espera un mayor crecimiento, en un rango de 2.6 a 3.6 por ciento.
A pesar del difícil entorno internacional, el favorable comportamiento de la economía mexicana en el tercer trimestre de 2015 estuvo asociado al buen desempeño del consumo privado y la inversión, así como por el dinamismo del sector automotriz.
Entre enero y septiembre de 2015, el consumo privado en el mercado interno nacional creció 3.3 por ciento anual, y la inversión fija bruta acumula un aumento de 5.0 por ciento de enero a agosto pasado, su mayor crecimiento desde 2012.
El consumo se ha convertido en el principal motor de crecimiento de economía, como lo reflejan las ventas en tiendas de autoservicio y departamentales, con un incremento de 10.1 por ciento de enero a noviembre, y las ventas de automóviles subieron 18.8 por ciento.
El mayor dinamismo del consumo privado está relacionado con la disminución de la tasa de desocupación, la mayor generación de empleos formales, el incremento real de los salarios contractuales, la expansión del crédito bancario y un mayor flujo de remesas hacia el país.
Otro factor relevante en el buen desempeño del consumo ha sido la trayectoria descendente que ha mantenido la inflación, para la cual el Banco de México (Banxico) prevé que termine 2015 muy cerca de 2.0 por ciento, un nivel mínimo histórico.
De acuerdo con el gobernador del Banxico, Agustín Carstens, entre los factores que han contribuido a este logro en materia de inflación está el mantener durante muchos años las políticas monetaria y fiscal responsables y prudentes.
Asimismo, dijo en fecha reciente, han contribuido varias de las reformas estructurales propuestas por el gobierno federal, y aprobadas y enriquecidas por el Congreso de la Unión, pues dichos cambios han favorecido y garantizado una mayor competencia.
Además, se han traducido en importantes reducciones de precios, tales como los de los servicios de telecomunicaciones, de electricidad, así como de otros energéticos, como es el caso del gas natural.
En el comportamiento de la inflación destaca que los precios han tenido un contagio limitado de la depreciación del tipo de cambio, el cual inició 2015 en 14.75 pesos por dólar y hasta el 30 de diciembre mostró una depreciación de 17 por ciento, al cotizarse alrededor de 17.33 pesos por dólar.
Entre los factores que determinaron los movimientos del tipo de cambio figuran la especulación acerca de la normalización de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y la baja del precio del petróleo, entre otros eventos externos.
La combinación de políticas económicas prudentes y oportunas han permitido a México sortear favorablemente condiciones globales adversas, como el descenso del precio del petróleo y la depreciación del peso, y al mismo tiempo mantener un crecimiento estable y baja inflación.
Además, las reformas estructurales aprobadas en los últimos años han diferenciado a México de otros países emergentes, al generar interés de los inversionistas en sectores como el energético, y resultados positivos en materia fiscal.
Resalta que la implementación de la reforma fiscal se ha traducido en un incremento sustancial de los ingresos tributarios, los cuales han compensado gran parte del descenso de los ingresos petroleros, a causa de la baja del precio y la producción del hidrocarburo.
Fuente: La Razón