A finales de 2014, solo 35 conductores podían presumir de contar con un auto eléctrico en México; para mediados de 2015 ya eran más de 200.
Quizá este número aún no sea representativo si se compara con los más de 1.3 millones de autos de motor a combustible que se venden anualmente, pero es una cifra que marca la pauta de lo que definirá el futuro sobre ruedas en la próxima década.
En medio de una crisis ambiental, en la que se busca migrar la economía del petróleo a la de las energías renovables, los autos eléctricos e híbridos tienen el visto bueno de los gobiernos y de la iniciativa privada para incrementar su consumo. Sin embargo, la tarea no es sencilla: los precios son muy elevados y hay una infraestructura y conocimiento apenas nacientes.
Hasta principios de año, en México existían dos modelos de autos eléctricos, el Nissan Leaf, que cuesta casi 550,000 pesos y el BMW i3valuado en cerca de 700,000 pesos. Hace unos días se incorporó al mercado mexicano la empresa Tesla, con su Model S, que podrá apartarse desde 80,000 pesos, y con precios que partirán de 75,000 dólares (poco más de un millón 300,000 pesos) más impuestos.
Los modelos Tesla son mucho más caros que los Nissan y BMW, pero esta empresa especializada en autos eléctricos tiene cargas que pueden durar más de 400 kilómetros de distancia y con capacidad de acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en menos de cinco segundos.
También se suma la llegada de Chevrolet Volt, un vehículo de 149 caballos de fuerza, que puede alcanzar 158 kilómetros por hora y realizar un recorrido de más de 650 kilómetros con la batería llena. Su precio es de 638,000 pesos.
El escenario mundial
Nadie le gana al estado de California, Estados Unidos, en cuanto a posicionamiento del uso de autos eléctricos. El gobierno instauró una política de incentivos económicos para quien adquiriera estas unidades, y todos los estacionamientos están obligados por reglamento a tener puntos de carga. Gracias a esto, California tiene a casi la mitad del total de autos limpios que hay en ese país.
La razón principal es la contaminación. Los Ángeles es la zona con mayor polución, y tiene un serio problema de sequía. El uso de autos eléctricos ha sido una de las medidas que ha impulsado con fuerza el gobierno.
Para las grandes armadoras, el mercado de los autos eléctricos tiene un gran potencial. Ford anunció una inversión de 4,500 millones de dólares en el desarrollo de 13 nuevos modelos que serán totalmente eléctricos en los próximos cinco años. Actualmente, los vehículos eléctricos representan el 13 por ciento de la producción de la armadora, pero para 2020 será de un 40 por ciento.
Volkswagen, que fue seriamente dañado por el escándalo de los motores diesel trucados, reducirá sus inversiones en todos los sectores menos en el de vehículos eléctricos, donde invertirá 100 millones de euros más de lo previsto, según Matthias Müller, presidente de la empresa.
A pesar de los impulsos, este no ha sido un buen año para los autos limpios. Al caer los precios del petróleo, algunos países han mantenido bajos precios en las gasolinas, por lo que han optado por adquirir autos de combustible.
Según datos de la firma especializada Autodata, recopilados por la agencia AFP, tanto Ford, como Toyota, Chevrolet y Nissan vieron caer sus ventas en autos eléctricos a nivel mundial. Solo Tesla pudo tener un incremento, bastante razonable, de 82 por ciento, con lo que se convirtió en la tercera empresa más innovadora del mundo, según el ranking deBoston Consulting Group, solo detrás de Apple y Google.
México, aún muy lejos
Este año hubo tres noticias que mostraron la importancia que México le quiere dar al mercado de los autos eléctricos. Una de ellas fue la llegada de Tesla y Chevrolet, otra fue el anuncio de la realización en México del Gran Premio de la Fórmula E, que reúne a los mejores pilotos de autos eléctricos en el mundo.
El evento trajo torta bajo el brazo, pues derivado de él, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) aprovechó para anunciar que instalaría puntos de carga en el Autódromo Hermanos Rodríguez y en otras zonas del país.
El tercer impulso también llegó de parte de la CFE, que colocará medidores exclusivos para autos eléctricos o híbridos en hogares que tengan uno de estos vehículos, con la finalidad de separar el consumo rutinario con el que tienen los vehículos. Las baterías de estos autos pueden tener un gasto económico de entre 8 y 10,000 pesos mensuales en recargas por cada 20,000 kilómetros.
“Nos comprometemos a promover acciones de electrolineras con tomas universales para autos eléctricos en espacios públicos o privados, también dedicaremos una planta de generación eléctrica de fuente renovable exclusiva para autos eléctricos en el país”, dijo Enrique Ochoa, director general de la Comisión.
La marcha de los autos eléctricos en México apenas va en primera velocidad, y el cambio a segunda requerirá de infraestructura y un modelo de negocio accesible al bolsillo de los mexicanos, además de mayores incentivos de los gobiernos para fomentar su compra.
Fuente: Alto Nivel.com