Colaboración de Rodrigo Navarro
Me recuerda a mi madre en tantos aspectos. Menudita, pausada al hablar. Siempre con una sonrisa en los labios, la mirada serena y una actitud positiva. La respuesta fácil e inteligente pronta en los labios. Sylvia Earle pasó 72 h. con nosotros y pasaron como un suspiro.
“Cuando comencé a bucear no era bienvenida. Era un mundo de hombres machos, de hombres de mar rudos y las mujeres no éramos bien recibidas”, nos dice sonriente esta mujer que brilla por sí misma. Es muy sencillo caer en su seductora esfera y ella lo sabe.
La audiencia Manuel Lazcano y Sofía, Laura mi esposa y yo, la bióloga marina Holly Lohuis y por supuesto su querido amigo Jean Michel Cousteau. El fue junto a Pedro Joaquín Delbuois el artífice para que Sylvia viniera a Cozumel a dar dos conferencias, una al limón con el hijo del Capitán y otra magistral impartida por ella sola.
También tuvimos el privilegio de bucear con ella y Jean Michel en las maravillosas aguas azul turquesa del caribe cozumeleño y su hermoso arrecife coralino, una fracción del Sistema Arrecifal Mesoamericano, SAM la segunda barrera en extensión del mundo.
“He buceado innumerables ocasiones en México, en Baja California, en el Mar de Cortés. La ultima en mayo pasado con Jean Michel por motivo de la grabación de la película Odysea que está grabando para conmemorar el 60 aniversario de la presentación de el Mundo del Silencio de JYC en Cannes el próximo año. Hoy fue mi vez primera en Cozumel me dice tras la inmersión donde se tomó fotos con quien le solicitó, jugó divertida con su querido amigo desde hace 55 años.
En cierto momento me enseñó un coral cerebro que tenía una banda blanca, una enfermedad producida por una bacteria que aqueja al coral y destruye el tejido dejando tan solo el esqueleto externo (roca coralina). “Encontré los arrecifes de Cozumel en muy buenas condiciones pero no hay que bajar la guardia me platicaba mientras veníamos de regreso. Le conté sobre el huracán Wilma en 2005 y su fuerza devastadora que destruyó infraestructura por 4 mil millones de dólares y el 80% de la cobertura coralina en nuestra isla. Hemos recuperado el 35% en 10 años.
La entrevisté para mi proyecto Comunicar para Conservar que acoge semana a semana la página de José Cárdenas. La próxima semana reproduciré la entrevista. En la conferencia de prensa y en ambas conferencias expresó que no debemos comer animales de vida silvestre entre ellos cualquier clase de pescado, molusco, crustáceo, ninguna creatura oceánica. Debemos hacer granjas y comer animales producidos ahí de manera orgánica, como sucede con los pollos.
Es una radical, me dice jugando su amigo Jean Michel Cousteau. Yo consumo pescados frescos que son extraídos de manera artesanal y que no ponen en riesgo la biodiversidad. La fiesta es de ella, ella es la homenajeada. Un compañero reportero me dice que no puede creer que una persona como JMC se haga a un lado ante la Dra. Earle.
Tener juntos a estos dos gigantes el hijo de la leyenda Jacques Yves Cousteau, JYC y la Dra, Sylvia Earle considerada una leyenda viva dentro de la exploración submarina. En 1979 descendió 400 m. de profundidad en Hawaii en un traje diseñado por ella misma. Junto a su marido Graham Hawkes fundaron una empresa para fabricar pequeños submarinos destinados a descender grandes profundidades.
Hace tres años descendió mil metros en uno de esos submarinos, el Deep Rover. ¿Qué sentiste, no te dio miedo no volver a superficie? le pregunté mientras cenábamos en su primer día en Cozumel. Mi esfuerzo esta dirigido en que todo salga perfectamente. Soy muy perfeccionista. Estaba segura que regresaría con bien.
Nos contó de su próximo proyecto un submarino para tres tripulantes para bajar a mil metros. A sus 80 años y a pesar que sus músculos ya no le responden como antes es una incansable buceadora. Lleva en el agua más de un año de vida, más de 10 mil hora de inmersiones. Fue una de las primeras mujeres en utilizar el Aqualong inventado por JYC. La primera fue Simone Cousteau, la madre de Jean Michel.
Ustedes son familia nos dijo el año pasado Jean Michel Cousteau. Siempre quise conocerle a él y a su padre. Inspiraron mi vida y quehacer. Ahora trabajo con ellos y gracias a ello he tenido la oportunidad de conocer y convivir tres días con Sylvia Earle una leyenda viva del buceo y la investigación científica. ¡Hasta el año próximo amigos Jean Michel y Sylvia!