Andrés Manuel, controla a Morena de manera patrimonial como líder moral. Ahora también es el presidente formal.
Morena nació y creció como el partido de un solo hombre, amo, dueño y señor de horca y cuchillo. Ahora las circunstancias han obligado que el señor López asuma plenamente el liderazgo institucional de ese partido para darse más fuero y más cuero. Para blindarse contra la reforma electoral promovida por Manlio Fabio Beltrones que busca sacarlo a patadas de radio y televisión por andar en campaña presidencial adelantadísima poniendo el suelo disparejo.
A partir de ahora, nombrado por aclamación máximo dirigente nacional de Morena, El Peje podrá placearse a sus anchas para privilegiar su único interés terco, obsesivo y delirante: llegar a Los Pinos.
¿La tercera será la vencida?
Podemos cuestionar los mecanismos patrimonialistas o caciquiles de AMLO pero el hecho es que en la ley no hay nada que no lo impida, por eso el PRI quiere modificar la ley con dedicatoria para evitar insomnio y pesadillas rumbo a 2018.
Si la ley electoral se modifica, deberá ser pareja y frenar no solo al desbocado Andrés Manuel, sino al resto de los dirigentes partidistas, gobernadores y todos aquellos quienes –por la libre o la de cuota– suspiren por la grande haciéndose promoción descarada cargando facturas al erario público. Para eso urge cambiar también el artículo 134.
EL MONJE LOCO: Andrés Manuel no da brinco sin huarache y Manlio Fabio Beltrones no dará huarache sin brinco.