Repicaron las campanas y dignatarios colocaron ofrendas florales el miércoles a lo largo y ancho de Europa, en conmemoración del Día del Armisticio, el aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial.
Miles de personas acudieron a los Campos Elíseos en París para ver alpresidente Francois Hollande cuando colocó una corona de flores en el Arco del Triunfo, donde arde una llama eterna al lado de la Tumba del Soldado Desconocido.
Se realizaban ceremonias más modestas en otras partes de Francia, donde doblaron las campanas justo a la hora en que se firmó el armisticio el 11 de noviembre de 1918.
Se estima que unos 10 millones de militares murieron en la guerra que se libró entre 1914 y 1918, y de ellos 1.3 millones eran franceses.
Millones de personas de diversas nacionalidades yacen sepultadas por todo el norte y este de Francia, en lo que fue el Frente Occidental de la guerra.
En Gran Bretaña, las multitudes hicieron una pausa para observar dos minutos de silencio a las 11 de la mañana, ya fuera en las calles, plazas, oficinas, iglesias o estaciones de tren.
Cientos de personas se mantuvieron de pie en silencio en la Plaza Trafalgar de Londres y alrededor del Cenotafio a medida que el Big Ben marcaba la hora con sus campanazos.
Entre los que conmemoraron el día estaban la viuda e hijo de Lee Rigby, quien fue asesinado por milicianos islamistas en las afueras de una base militar en Londres en el 2013. Colocaron una ofrenda floral en la capilla de St. George.
En Bélgica se realizaron una serie de homenajes a los soldados de varias nacionalidades fallecidos en el país durante la guerra y a las víctimas civiles de la contienda.
El rey Felipe presidió en Bruselas un homenaje a los caídos en la tumba del Soldado Desconocido, un monumento que recuerda a las víctimas de las dos guerras mundiales y a los militares fallecidos después de 1945, al que asistieron también los presidentes de las Cámaras Legislativas, miembros del Gobierno federal y jefes de los órganos constitucionales.
Pese a ser un país neutral, en agosto de 1914 Bélgica negó el paso por su territorio a las tropas alemanas, lo que determinó el curso de esa contienda e hizo del país, en medio de dos potencias enfrentadas -Francia y Alemania- una trinchera permanente y un Estado ocupado.
Algunas de las batallas más cruentas de la Primera Guerra Mundial se libraron en Bélgica, como en la ciudad de Ypres, donde el Ejército alemán utilizó por primera vez gas mostaza como arma química, que también llegó a denominarse «iperita» por la cercanía de los ataques en esta ciudad belga.
Fuente: Excélsior