Cuando nuestro Sistema Solar se originó —hace 4.600 millones de años— solo nacieron con él el 8% de los planetas potencialmente habitables que formarán el universo. El otro 92% aún está por aparecer y serán planetas tan aptos para la vida como la Tierra, según un estudio teórico publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. «Todavía queda material suficiente desde el Big Bang para producir más planetas en el futuro, tanto en la Vía Láctea como más allá de ella», asegura el coautor de la investigación, Molly Peeples.
La Tierra ha nacido muy temprano, es un planeta joven en comparación con todo lo que al universo le queda por vivir, de acuerdo con esta investigación. Estas conclusiones se basan en datos recogidos por los telescopios Hubble y Kepler de la NASA. «Nuestro objetivo principal al empezar esta investigación era entender el lugar que ocupa nuestro planeta en relación con el resto del universo», declara el autor del estudio, Peter Behroozi, del Instituto Científico de Telescopios Espaciales en Maryland (EU).
El telescopio Hubble ha recogido datos que muestran que el universo estuvo fabricando objetos a un ritmo muy rápido al principio. Con el paso del tiempo, la creación se ha ralentizado, pero aún hay mucho gas y materiales disponibles en el espacio para que el universo siga cocinando estrellas y planetas durante mucho tiempo más, según asegura el estudio. Los investigadores estiman que el último cuerpo celeste se creará con restos del Big Bang dentro de 100 billones de años contando desde ahora.
Los datos recogidos por el telescopio Kepler indican que en la Vía Láctea están ubicados los planetas que son de un tamaño parecido al de la Tierra y que están a la distancia adecuada de una estrella para que pueda haber agua líquida en su superficie. Basándose en estos datos, los científicos creen que actualmente debe de haber mil millones de planetas del tamaño de la Tierra en nuestra galaxia. Esta estimación se dispara cuando incluyen las otras 100.000 millones de galaxias que hay en todo el universo observable.
Los investigadores dicen que es más probable que el 92% de «Tierras» futuras aparezca o dentro de un grupo gigante de galaxias o en galaxias enanas, a las que aún les queda por utilizar todo su gas para construir estrellas y sistemas planetarios. Por el contrario, nuestra Vía Láctea ha utilizado ya la mayoría del gas disponible para la formación de futuras estrellas.
«Una gran ventaja de que nuestra civilización haya llegado pronto a la historia del universo es que hemos nacido cerca del inicio», explican los astrónomos. «Y somos capaces de usar telescopios muy potentes para trazar nuestro linaje desde el Big Bang y poder observar la evolución temprana de las galaxias».
Todas las pruebas que evidencian el Big Bang y la evolución cósmica, que ahora están encriptadas en la luz y en otras radiaciones electromagnéticas, habrán desaparecido dentro de un millón de años, debido a la expansión sin límites del espacio. «Cualquier civilización futura que pueda llegar a surgir estará tan lejos del principio que no tendrá ni idea de cómo comenzó y evolucionó el universo», concluye el estudio.
Fuente: El País