Un poblado del sureste de Brasil fue sepultado por un torrente de lodo tóxico tras la rotura, ayer, de dos diques que contenían residuos mineros, en una tragedia que dejó hasta el momento 17 muertos, aunque las autoridades temen que ese número aumentará hoy, mientras buscan sobrevivientes en medio de imágenes desesperantes.
Dos diques se rompieron ayer por la tarde, provocando un alud de desechos mineros que recorrió velozmente cientos de metros hasta desembocar en el poblado de Bento Rodrigues, a 23 kilómetros del centro de Mariana, una ciudad a 120 kilómetros de Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais.
El escenario en el poblado de 600 personas que quedó cubierto por el barro tóxico en un 80% era de destrucción total. La gigantesca ola de lodo rojizo arrastró camiones, coches y hogares y cubría hasta los tejados de las casas, según imágenes aéreas de la TV Globo y fotografías desde el lugar. Según el diario Folha de S. Paulo, 500 personas ya fueron rescatadas.
«La noche del jueves había 17 muertos pero se han encontrado otros cuerpos. Debido a las familias, que no están todas al tanto, no damos aún un nuevo balance. Habrá que esperar un poco», dijo hoy el comandante de bomberos de la ciudad de Mariana, Adao Severino Junior.
Este jefe de bomberos había informado ya el jueves anoche de un saldo de 17 muertos. «No hay ninguna posibilidad de sobrevivir bajo ese material», señaló Severino. El número de víctimas fatales, sin embargo, estaba en disputa esta mañana.
Según indicaron los bomberos, los afectados fueron sometidos a un proceso de descontaminación de hierro mediante el uso de agua y jabón. Los sobrevivientes fueron trasladados a un polideportivo convertido en un albergue improvisado y la alcaldía de Mariana decretó estado de «calamidad pública».
El distrito de Bento Rodrigues tenía cerca de 200 casas y albergaba unas 612 personas, según datos oficiales de 2012.
El ministro de Integración Nacional brasileño, Gilberto Occhi, y el secretario Nacional de Protección y Defensa Civil, Adriano Pereira Júnior, fueron al lugar del accidente y sobrevolaron el área afectada.
Fuente: La Nación