Por FRANCISCO MARTÍN MORENO | Cuentos Políticos
A Juan Pardinas
El diccionario define al cónsul como “un diplomático que representa y protege los intereses económicos, administrativos o legales de los ciudadanos de una nación en una ciudad de un Estado extranjero.” De acuerdo a lo anterior, y como bien dice Juan Pardinas en su columna del domingo 25 de octubre publicada en el diario Reforma, Fidel Herrera, ex “gobernador” del Estado de Veracruz, hoy en día vergonzosamente cónsul en Barcelona, comenzó por guardarse un cenicero de cristal en la bolsa de su abrigo durante una ceremonia en el Banco de España, en Madrid, robo que fue impedido gracias a la afortunada intervención de un mexicano honorable (los hay créanme que los hay…) ¿Quién puede creer que Herrera, en su carácter de cónsul, va a representar y proteger los intereses económicos, administrativos o legales de los mexicanos en el extranjero cuando se burló y pisoteo hasta el cansancio los intereses de sus compatriotas, los veracruzanos?
Si el “flamante…” diplomático es vinculado con el crimen organizado como un activo protector del narcotráfico (Excélsior, 16/12/2011)… Si 2004 Veracruz tenía nueve homicidios por cada 100 mil habitantes y al cierre de su sexenio la cifra subió a 23… Si como dice Carlos Puig “cuando Herrera llegó al gobierno de Veracruz el total de las obligaciones financieras era de 1,877 millones de pesos y cuando se fue al cuarto trimestre de 2010 era de 21,000 millones…” Si como menciona el periódico El Informador el propio Herrera se abstuvo de pagar cuentas millonarias a favor de los proveedores de su gobierno y los empresarios veracruzanos amenazaron con denunciarlo. Si dicho sujeto dijo haber ganado en 2 ocasiones el premio mayor de la lotería Nacional… Si el diputado federal Miguel Ángel Yunes denunció a Herrera por el desvío más de 9000 millones de pesos… Si la comunidad mexicana en Cataluña, España, se siente desconcertada, ofendida e incluso asustada por la llegada de Herrera al Consulado de México en Barcelona… Si El Periódico, gran diario catalán, afirmó que “Herrera es un representante del narcoestado” por lo que “es terrible” su llegada a esa ciudad. Si se han divulgado fotos que lo vinculan con Francisco “Pancho” Colorado, un hombre perseguido por las autoridades norteamericanas por lavar dinero de Los Zetas y declarado culpable por una corte de Houston. Si la prensa española ha referido a los 14 testigos protegidos y las suposiciones de innumerables víctimas de secuestro y extorsión y un artículo de la revista Forbes ubica a Herrera como una de las 10 personas más corruptas de México. Si senadores del PAN solicitaron a la SRE que reconsiderara dicha designación.
Si el gobierno español jamás hubiera concedido el plácet a Herrera como cónsul general ni el Senado de la República hubiera votado a favor de su nombramiento, por lo que se optó por enviarlo como cónsul de carrera para evitar trámites al menos engorrosos y penosos… Entonces, ¿por qué se le nombró a pesar de sus terribles antecedentes en la administración pública? ¿Por qué razón se estimula aún más la animadversión de la nación en contra de la patética administración federal actual? ¿Por qué abofetear al jefe de Estado español y al rostro de los mexicanos honorables? ¿Tan poco respeto inspiran España y nuestro cuerpo diplomático?
Sólo nos falta que Montiel sea nombrado embajador en Washington… ¿Todos los mexicanos somos Herrera o Montiel?
fmartinmoreno@yahoo.com | @fmartinmoreno