Tesla Model X, el esperado coche eléctrico de Elon Musk, ya tiene precio: serán 130.000 dólares por un vehículo de siete plazas -distribuidas en dos, tres y dos asientos por hilera- pero su diseño no lo hace apto para todos los garajes. Una de sus señas de identidad, la apertura de las puertas traseras, que simulan alas, hacen que puedan chocar con el techo o rozar en los laterales. En las redes sociales las comparaciones con el Delorean de Doc en Regreso al Futuro dan una idea de cómo funciona el mecanismo. También las han bautizado como las “puertas halcón”. El Ferrari Spider y el Lamborghini Gallardo ya usaron un mecanismo similar hace años.
Tres años después del último lanzamiento de Tesla, Model X mantiene sus señas de identidad: potencia, diseño y autonomía en un vehículo. Pasa de 0 a 100 kilómetros por hora en 3,8 segundos. El coche tiene una autonomía de 402 kilómetros, y alcanza una velocidad de hasta 240 kilómetros por hora.
Las primeras unidades estarán rodando por las carreteras de California, donde se fabrican y diseñan, en las próximas semanas, según aseguró el visionario Elon Musk durante la presentación. La polémica por la demora, ya que el automóvil se esperaba para febrero, rodea a este vehículo.
Musk evitó hacer referencias al escándalo de Volkswagen durante su intervención, pero es evidente que su empresa es una de las que más interés ha despertado tras conocerse el fraude. Llama la atención que se haya encuadrado este vehículo como SUV, utilitario deportivo, una categoría en la que suelen encuadrarse muchos todoterreno de formas refinadas, pero pocas veces uno de techo bajo. Según AP, este tipo de coches es el que más crece, cinco veces más rápido que el resto de modelos, especialmente los de alta gama.
La icónica consola central es muy parecida a una tableta, y sirve para controlar ventanas, temperatura y ocio a bordo. Se ha mejorado el sistema de seguridad en caso de impacto frontal, así como el filtro de aire para evitar que la contaminación de la ciudad llegue a los pasajeros.
Los Tesla han tomado el relevo de los Prius como los coches preferidos de Silicon Valley. La lista de espera para la entrega, de casi seis meses, es el motivo de crítica más frecuente.
Si todo sigue los planes previstos por Musk, en 2017 llegaría la verdadera revolución del coche eléctrico con un modelo de 35.000 dólares. Su intención es producir medio millón de unidades al año en 2020. Tesla es una de las empresas que, como Google, Apple y Uber, estudian las posibilidades de hacer coches que no necesiten un humano al volante.
Fuente: El País