Desde hace varios meses, los militantes del grupo extremista islámico de Daesh han ejercido un gobierno en el que toda manifestación de pensamiento ‘antiislámico’ es penalizada a través de brutales ejecuciones públicas, mutilaciones y desesperantes sesiones de azotes que funcionan como una forma de control social y disuasión ideológica diseñada para mostrar el alcance del nuevo gobierno de facto en algunas regiones de Medio Oriente bajo el poder del ejército del Estado Islámico y sus allegados.
Recientemente, indica el diario británico Daily Mail, el equipo de propaganda de ISIS, desde su bastión en la ciudad siria de Alepo, publicó una lista en la que se especifican ‘los castigos religiosos’ que corresponden a algunas faltas que los yihadistas consideran en contra de las enseñanzas del Corán.
Estos castigos buscan reforzar la sharia, ley islámica que los de ISIS ejecutan implacablemente en los territorios que ocuparon militarmente para fundar su califato.
Blasfemia contra Dios, su mensajero Mahoma o el Islam: ejecución.
Adulterio: lapidación pública, 100 azotes o destierro, según la ‘gravedad’.
Sodomía: muerte para ambos participantes (no se especifica método).
Robo: amputación de manos con guillotina o espada.
Beber alcohol: 80 azotes.
Calumnias: 80 azotes.
Espionaje en beneficio de ‘los infieles’: ejecución.
Abandono del Islam: muerte
Estafa: crucifixión, ejecución, azotes, amputación de la mano derecha y el pie izquierdo o el destierro definitivo, según la gravedad.
Cabe mencionar que muchos de estos crímenes son castigados sin brindarle al ‘culpable’ oportunidad de defenderse en un juicio imparcial y justo, además de que muchas veces se necesita únicamente del ‘testimonio’ de alguien para ser considerado un ladrón, homosexual, alcohólico o blasfemo.
Así es como el Estado Islámico interpreta el Corán en el extenso territorio que controla.
Fuente: Excélsior