El león, el elefante y el rinoceronte blanco son sólo tres de los muchos animales buscados con ahínco por miles de cazadores de todo el mundo. El valor de sus pieles o de sus cuernos les pone en su punto de mira. Sus casos son conocidos por todos, y, de tanto en cuando, su caza nos escandaliza, ya sea por culpa de un dentista norteamericano o por culpa de un monarca español. Otros animales, sin embargo, no gozan de tanta atención mediática, pero también son objeto de persecución y caza.
En esta lista algunos de ellos, raros, algunos en peligro de extinción, todos preciados por el valor de sus picos, cuernos o pelajes.
Cálao de yelmo. Un breve vistazo a la inmensa figura del cálao de yelmo de una idea de su enorme valor en el mercado negro. Su cabeza, que puede llegar a representar el 11% de su peso total (casi 3 kilos: es un pájaro enorme), cuenta con un casco del que se prolonga su pico. Se trata de una superficie de bella impronta y de fácil talla, comparada con el marfil y valorada en más de 4.000 euros el kilo. La especie se reparte entre Sumatra y Bormeo, y pese a no encontrarse en peligro de extinción, está perdiendo su hábitat natural por culpa de la caza, extremadamente bien pagada.
Narval. Aunque poco conocido, el narval es uno de los cetáceos más fascinantes del océano. Lo es por el impresionante colmillo que surge de su cabeza, alargado y helicoidal, pieza muy codiciada por todos los cazadores que aspiran a hacerse de oro vendiéndola en el mercado negro. Navega por las aguas del Atlántico Norte y su estado de conservación es buena, aunque algunas subespecies están menguando. El pueblo inuit, natural del norte de Canadá y el sur de Groenlandia, lo ha cazado durante siglos dentro de su economía tradicional. Cuentan con cuotas para su caza.
Pangolín. El único mamífero del mundo cuyo cuerpo está recubierto de escamas. Hay ocho especies diferentes de este singular animal, repartidas entre el centro de África, la India y el Sudeste asiático. Su singular aspecto, semejante al de una armadura medieval, le han convertido en el objetivo primari de muchos cazadores. Algunas estimaciones calculan que la venta de pangolines representa el 20% del mercado negro mundial de especies animales. Al parecer, es muy codiciado en el Sudeste asiático. Sus escamas son caras, y han llegado a ser utilizadas incluso para la confección de abrigos.
Salamandra china gigante. Al igual que el pangolín, la salamandra china gigante está amenazada por la caza ilegal y por el boyante mercado chino, donde es muy codiciada por la medicina tradicional del país. Hablamos del anfibio más grande del mundo también incluido en las gastronomías típicas de varios países del Sudeste asiático. La caza descontrolada de sus ejemplares ha llevado a una dramática reducción de la población de salamandras chinas gigantes. Actualmente, la especie se encuentra en grave peligro de extinción. La contaminación también ha jugado un papel relevante en el proceso.
Pez espátula. Con la excepción de una especie que habita las aguas del Río Yangtze, en China, el resto de especies de pez espátula habitan en América del Norte. Aunque no está en peligro de extinción, es un animal muy codiciado por los cazadores por el prestigio de sus huevas, bien valoradas por su similitud con el caviar. Es un pez muy extraño y primitivo, cuya morfología se cree casi inalterada desde el Cretático tardío. Hay programas que buscan promover su conservación.
Ibis eremita. Ave en peligro de extinción, se reparte en dos poblaciones distintas: la oriental y la occidental. La primera es migratoria, la segunda no. Muchos ejemplares solían vivir en España, pero ahora sólo perviven algunas parejas en la provincia de Cádiz, reintroducidas. El grueso de la población se encuentra en Marruecos, aunque también hay en siria. Su caza ha provocado la drástica reducción de su población. Hasta ISIS supone un riesgo: una pequeña colonia estaba siendo estudiada y protegida en Palmira, ahora en manos del Estado Islámico. Supone un problema grave.
Lorís. Los lorinos es una amplia familia de primates, pequeños, nocturnos y arbóreos, que habitan diversas tierras del Sudeste asiático (India, Sri Lanka, Sumatra, Borneo, etcétera). Su imagen es difícilmente olvidable: peludos y con dos gigantescos ojos, el aspecto de cualquier lorís es entrañable. Por ello, se ha convertido en una codiciada mascota dentro del mercado ilegal de animales del Sudeste asiático. Varias especies están en peligro de extinción no sólo por su caza y venta en el ámbito doméstico, sino también por la destrucción de su hábitat. Están protegidos en algunos países.