Fernando Moreno Peña es un hombre con suerte; pocos como él viven para contarla después de recibir cuatro balazos a quemarropa.
El misterio detrás del atentado contra el ex gobernador de Colima es una madeja enredada. El todopoderoso político priista tiene tantos enemigos como sospechas en su largo historial.
El sospechoso accidente aéreo en el que murió Gustavo Vázquez Montes, en 2005 –confrontado con Moreno Peña– y el asesinato de Silverio Cavazos, en 2010, no han sido aclarados plenamente. En el último caso, la familia de Cavazos ha señalado como responsable directo a Moreno Peña; un sobrino –Samuel Rodríguez Moreno– fue vinculado con el crimen. La muerte de Silverio Cavazos se la cargaron a la Familia Michoacana, señalada después como fuente financiera de la campaña de Fausto Vallejo, cuando Moreno Peña fue delegado del PRI en Michoacán.
Casualidad o no, apenas el domingo el Gobernador Mario Anguiano –también enfrentado a Moreno Peña– había advertido que la guerra entre grupos delictivos ha sido causante de una escalada de violencia en Colima.
EL MONJE LOCO: Zaira Cavazos –hija menor del asesinado exgobernador Silverio Cavazos– escribió en Facebook: “Ojo por ojo, diente por diente. Dios es tan justo”. Moreno Peña –fuera de peligro– tendrá mucho que decir… y la autoridad demasiado que explicar.