Con la presencia del Premio Nobel de Química, Mario Molina, se inauguró el edifico de la Facultad de Química que lleva su nombre, el cual será un espacio de vinculación con el sector social, productivo y privado, así como de profesionalización.
Mario Molina manifestó su emoción por la designación del inmueble con su nombre, por haber sido alumno de la UNAM y su casa de estudios, así como de la importancia que tendrán las actividades que alberga el recinto.
En este edificio de tres niveles y una extensión aproximada de cuatro mil metros cuadrados construidos se integra la Unidad Sur del Centro Mario Molina, cuyo director ejecutivo es Francisco Barnés Regueiro.
Destacó la oportunidad que representan expandir las actividades académicas.
“En este centro trabajamos más directamente con los gobiernos y tomadores de decisiones para las políticas públicas, pero necesitamos también trabajos de investigación científica o en aspectos económicos”, de manera que se planea la colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en este sentido.
Por otra parte, mencionó que si bien en el país existen casos de éxito frente a los problemas del ambiente aún hay mucho trabajo por hacer y no por moda señaló, sino porque esto eleva la calidad de vida de la población.
En este sentido, señaló que existen problemas globales, que se tiene que resolver en colaboración con el resto de los países, así como locales, y por ello se contribuirá trabajando con la comunidad académica.
Reconoció la disposición del gobierno federal para aumentar la inversión en investigación, lo que -dijo- comienza a suceder, aunque no sólo se trata de invertir más, sino que el recurso sea bien empleado.
En su oportunidad el director de la Facultad de Química, Jorge Vázquez Ramos, puntualizó que el recinto alberga equipos de alta tecnología analítica con técnicos especializados, que ofrecen sus servicios a distintos sectores de la industria.
Los equipos, abundó, tienen un costo superior a 200 millones de pesos y varios se adquirieron con el apoyo de las compañías fabricantes.
Este proyecto forma parte de la Campaña Financiera 100 por los Cien, impulsada por el Patronato de la Facultad de Química y su patronato, y constituirá un espacio de transferencia tecnológica.
El edificio está ubicado en un terreno de mil 900 metros cuadrados y cuenta con diversos cubículos, laboratorios, salas de seminarios y reuniones, entre otros espacios.
Fuente: Crónica