El Fondo Monetario Internacional ajustó a la baja su pronóstico de crecimiento para México de 2.4 por ciento a 2.3 por ciento para el presente año.
El organismo también prevé un menor dinamismo para 2016, resultado de un ajuste en las previsiones de expansión para la economía mundial. Para el siguiente año la estimación se redujo de 3 a 2.8 por ciento.
En la actualización de sus perspectivas, el FMI estima que este 2015 habrá una desaceleración en la economía global con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), real global de 3.1 por ciento, inferior al 3.4 por ciento alcanzado en 2014 acelerándose parcialmente a una tasa de 3.6 por ciento para el 2016.
Se trata del segundo ajuste en este año sobre las expectativas de crecimiento global; en junio el organismo dijo que el PIB real mundial crecería este año 3.3 por ciento, luego de que en abril identificaba un repunte en 2015 de 3.5 por ciento. Igualmente las expectativas para el 2016 son menores comparadas con el 3.8 por ciento previsto en junio pasado.
En las economías avanzadas el FMI proyecta un crecimiento moderado relativamente al anterior, sobretodo en Estados Unidos y la zona euro. Desafortunadamente, el crecimiento japonés parece estar vacilante después de un fuerte primer trimestre del año. Para este 2015 estima crezcan 2.0 por ciento comparado con 1.8 por ciento en 2014 y acelerar su paso a 2.2 por ciento en 2016.
La tendencia a la baja en los precios de las materias primas, que se ha acelerado recientemente está teniendo efectos más dramáticos de los exportadores de materias primas emergentes y en desarrollo. Para este grupo, el organismo internacional proyecta un incremento del PIB en 4.0 por ciento desde el 4.6 por ciento mostrado un año atrás. Esta tasa de crecimiento es mucho menor que lo que vimos en la recuperación de la crisis global y representa el quinto año consecutivo de caída del crecimiento del PIB de las economías emergentes y en desarrollo.
Para 2016 anticipa un rebote a 4.5 por ciento de crecimiento en mercados emergentes y una mayor recuperación en los siguientes años. Esto refleja principalmente una gradual normalización de las condiciones en los países experimentando profundas recesiones este año como Brasil y Rusia, así como otras economías en Latinoamérica.
Las economías emergentes deben estar preparadas para la normalización de la política monetaria por parte de Estados Unidos. Las economías avanzadas deben seguir para hacer frente a legados de crisis que persisten.
Fuente: El Financiero