El Gobierno transita de los dichos a los hechos: a los leales, justicia y gracia, a los disidentes la ley a a secas; cúmplase la máxima juarista.
Cuatro líderes de la Sección 22 de la CNTE fueron detenidos por la Policía Federal; faltan seis más. Los dizque profesores están acusados de tomar violentamente instalaciones electorales, militares y petroleras para oponerse a la evaluación educativa, esencia de la reforma magisterial; según la autoridad judicial cometieron los delitos graves de motín, robo agravado, daños en propiedad ajena, contra el consumo y la riqueza nacional.
La acción penal contra los profesores Juan Carlos Orozco Matus, Othón Nazariega Segura, Efraín Picaso Pérez y Roberto Abel Jiménez García deja muy claro que la reforma educativa no es negociable, mucho menos cuando la protesta implica delitos federales.
La consignación los cuatro líderes de la CNTE al penal del Altiplano se suma al descuento masivo que este viernes se aplica a los 72 mil maestros quienes optaron por marchar el 2 de octubre en lugar de dar clases, y el castigo que viene en noviembre contra otros 85 mil que tampoco trabajaron el Día de la Raza.
La ley no se negocia, aunque Rubén Núñez Ginez, –líder de la Sección 22– intente otro chantaje al exigir diálogo a cambio de evitar más movilizaciones.
Muy poco, alega la autoridad; las amenazas de ese gremio ya se conjugan en tiempo pasado. El presente es cumplir la norma; prohibido transar con los secuestradores del proceso educativo.
EL MONJE LOCO: A la CNTE se le acabó la fuerza de la mano izquierda. La letra legal con cárcel entra, por si acaso la disidencia magisterial no aprende que no aprende, ni entiende que no entiende.