En la obra del deprimido vehicular Insurgentes-Mixcoac se tienen identificados 212 impactos ambientales, de los cuales 63.6 por ciento son impactos adversos de carácter “moderado o bajo”, entre ellos la afectación al aire, suelo y vegetación de la zona, así lo señala la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), elaborada por la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) en 2014, y que advierte que “no hay impactos adversos altos o muy altos”
La MIA, cuya copia tiene Excélsior, expone que se derribarán 848 árboles –363 fresnos y 159 eucaliptos, entre otros– y trasplantarán sólo 311 –177 sotol y 35 fresnos, entre otros–. Y como medida de mitigación plantean llevar a cabo “actividades de reforestación de las áreas que queden sin construir”.
Esto ha sido uno de los puntos a los que se ha opuesto el grupo de vecinos No Deprimido Mixcoac, que mantienen un plantón desde hace una semana y argumentan que las medidas de mitigación son insuficientes ante la tala de 848 árboles.
La MIA señala que el impacto a la calidad del aire lo provocará el polvo por remoción de materiales, causando contaminación con partículas de dióxido de carbono y óxido de nitrógeno. Señala que la maquinaria y vehículos que se usarán en la obra “deberán estar en óptimas condiciones, llevando control de su verificación y mantenimiento, para reducir las emisiones sonoras.
La calidad del aire se verá afectada también por el tráfico de vehículos “provocando emisión de contaminantes al medio ambiente por entorpecimiento del tránsito.
El jueves pasado, el grupo de vecinos se reunió con la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, a quien le expuso sus inquietudes sobre los impactos de la obra. Ella comprometió una respuesta “para todos”.
Fuente: Excélsior