GABRIEL CASILLAS | Perspectiva Global
Se acerca el evento más importante para los mercados financieros globales en los últimos tiempos: La reunión de política monetaria del Banco de la Reserva Federal (Fed) del 16 y 17 de septiembre, en donde el consenso de los analistas pronostica la primer alza de tasas de interés desde el 29 de junio de 2006 (¡Hace más de nueve años!) y el precio de los activos financieros relacionados asigna una probabilidad mayor a 30 por ciento a que el Fed subirá la tasa de Fed Funds este 17 de septiembre. En mi opinión, este es el evento que ha puesto a los mercados “de cabeza” desde el 10 de mayo de 2013 cuando el entonces Presidente del Fed, Ben Bernanke, comentó sobre la posibilidad de iniciar la disminución de estímulo cuantitativo, conocida en el mercado como tapering.
A partir de ese momento, los fondos de inversión comenzaron a reposicionar sus portafolios hacia activos menos riesgosos y dependiendo de sus preferencias en torno al riesgo, inclusive algunos han preferido tener sus inversiones en efectivo. La disminución de posicionamiento en activos de riesgo ha sido, en mi opinión, responsable de la ola de alta volatilidad que hoy todavía experimentamos en los mercados globales. De hecho, como he comentado con anterioridad en este espacio, este evento ha sido el que ha tenido a los participantes de los mercados financieros “al filo de sus asientos” y sin tener gran convicción sobre dónde invertir (“¿Qué tan preocupante es la situación en China?”, 18 de agosto y “¿Qué definirá el destino de los mercados financieros globales en esta coyuntura?”, 25 de agosto). Es por esto que considero que cualquier noticia sobre la posibilidad de cambio estructural en los mercados financieros (e.g. Grecia, China), ocasiona que los mercados sobre reaccionen. Así, haga lo que haga el Fed, el 17 de septiembre va a ser muy importante. Yo considero que el Fed debe subir la tasa de interés este mes y que lo va a hacer. ¿Por qué? Por cuatro razones:
(1) Enviar una señal de que la crisis terminó. El próximo 15 de septiembre se cumplirán siete años de la quiebra de Lehman Brothers. En este sentido, considero que continuar con una política monetaria extraordinaria, caracterizada por una tasa de referencia cercana al cero por ciento y una inyección de liquidez sin precedentes de más de cuatro mil millones de dólares, no manda un mensaje de “normalidad” a los participantes de los mercados y de la economía en general, máxime que la situación económica de EU se encuentra significativamente mejor que en 2008 y 2009.
(2) Dejar de “abaratar” el costo del capital relativo al costo del empleo. En los cursos de macroeconomía básica se enseña que la producción de bienes y servicios de una economía lleva dos insumos: capital y trabajo. En este contexto, el costo del capital se representa con la tasa de interés y el costo del trabajo para las empresas con los salarios que pagan a los trabajadores. El punto clave aquí es que al haber bajado tanto la tasa de interés, el Fed “abarató” el costo del capital con respecto al costo del trabajo, por lo que si hacia delante se desea impulsar el empleo en una situación más cercana a la “normalidad”, es importante regresar el costo del capital a su estado “normal” y así no inducir a las empresas hacia una mayor utilización del capital (de lo “normal”) e impulsar la generación de empleo en una situación “más normal”. De hecho, una de las distorsiones más importantes que hemos observado de las políticas monetarias ultra-laxas es que llega el momento en el que las empresas, al pensar que las cosas no han regresado a la “normalidad”, dejan de invertir y comienzan a generar grandes cantidades de efectivo en caja. Tal es el caso de Apple Inc., que tiene alrededor de 190 mil millones de dólares en caja y como ésta hay una gran cantidad de empresas en EU y otros países con una gran cantidad de dinero en caja, sin invertir.
(3) Hacer que la tasa de Fed Funds vuelva a ser el instrumento más relevante de política monetaria. Para que funcione la política monetaria vía tasas de interés –que actúa a través del mercado interbancario-, es necesario que los bancos se presten entre sí. Ahora, con tanta liquidez que han recibido los bancos en EU –debido al estímulo cuantitativo del Fed, en conjunción con una regulación mucho más estricta-, los préstamos entre bancos se han colapsado.
(4) La mejoría de la economía norteamericana es evidente. No sólo el PIB de 2T15 se revisó recientemente al alza de 2.3 a 3.7 por ciento, sino que la menor creación de empleos en agosto fue compensada por la revisión al alza del dato de julio y la tasa de desempleo cayó a 5.1 por ciento, un nivel considerado en EU prácticamente como de “pleno empleo”, entre muchos otros indicadores en donde se ve clara la fortaleza de la economía de EU. Creo que sería un grave error que el Fed postergara la decisión de subir tasas.
El autor es economista en jefe de Grupo Financiero Banorte. Las opiniones que se expresan en el artículo no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, por lo que son responsabilidad absoluta del autor.
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