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Sinfónica conmemora sismo de 1985

Publicado por
Aletia Molina

En medio de aplausos por parte del público, Carlos Miguel Prieto, director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) llegó la noche del viernes al centro del escenario de la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes para dar inicio al Concierto Conmemorativo del 30 Aniversario del Sismo de 1985.

Los instrumentos conjugaron sus sonidos para dar vida a la pieza Magnitud 8.1, escrita por el mexicano Alexis Aranda. Es una composición intensa, que provoca en el espectador sensaciones de incertidumbre y ansiedad. De repente la melodía es agresiva, luego tranquila, se vuelve pasiva y desoladora, para luego terminar un tanto esperanzadora.

Al finalizar los 15 minutos que dura la pieza, la Sala Principal se adorna de aplausos y gritos. Es posible escuchar: “¡Bravo, bravo!”, por múltiples rincones del recinto, mientras el compositor recibe, con gran alegría, una ramo de flores acompañado de las ovaciones del público.

El programa sigue y es tiempo de escuchar Pirámide del Sol, concierto para piano y orquesta escrito por Juan Pablo Contreras e interpretado por el pianista Abdiel Vázquez. Es una pieza detallada, muy minuciosa, juega con la métrica, pequeños sonidos, percusiones que marcan el ritmo y acompañan al piano. Al culminar la presentación recibe el reconocimiento del auditorio.

El Requiem K 626 de Wolfgang Amadeus Mozart es la obra que cierra el programa conmemorativo. Al escenario llegan los Solistas Ensamble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), acompañados de la soprano Violeta Dávalos, la mezzosoprana Itia Domínguez, el tenor Rubén Cosme y el bajo Óscar Velázquez, que junto con la Orquesta hacen vibrar el escenario principal del recinto de mármol.

El programa finaliza con ovaciones y buenos comentarios del público. María Huerta, una de las presentes, resalta que «me hizo sentir muchas emociones al mismo tiempo. Fue como un viaje. La primera pieza me recordó el terremoto, la movilización que se vivió en ese momento, es impresionante como la música remueve recuerdos y sensaciones».

Fuente: El Universal

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Aletia Molina