El cantante Adam Lambert acompañó a la banda británica interpretando, a su estilo, los temas emblemáticos del desaparecido artista.
Queen volvió hoy al Rock in Río 30 años después de su primera e imborrable actuación con un emotivo homenaje a su cantante Freddie Mercury, fallecido en 1991, y hoy sustituido por Adam Lambert.
El concierto de la banda británica que tuvo lugar en la noche inaugural del Rock in Río de 1985 todavía sigue siendo uno de los más recordados y evocados de los treinta años de historia del festival y hoy inspiró cada acorde de los encanecidos, pero todavía briosos, Brian May y Roger Taylor.
Adam Lambert, que en enero de 1985 aún no había cumplido dos años de edad y saltó a la fama en el concurso American Idol, estuvo a la altura de las expectativas y enganchó al público brasileño guardando su propio estilo y sin imitar la modulación de voz de Freddie Mercury, aunque sí su vestuario.
El concierto se abrió con One Vision, seguida de una más cautivadora Stone Cold Crazy, dentro de una larga lista de 25 temas que se prolongó por más de dos horas.
El momento más emotivo de la noche fue a mitad de concierto, cuando el guitarrista Brian May se plantó solo en el centro del escenario y le pidió al público, en portugués, que le acompañara a cantar «por Freddie» la balada Love of my Life, precisamente el tema que ha sido más recordado en Brasil del concierto de 1985.
En aquel concierto, la fuerza de Freddie Mercury cautivó a un público brasileño que no estaba acostumbrado a ese tipo de presentaciones puesto que, hasta ese momento, el país había estado excluido del circuito de los grandes festivales de música por la dictadura militar que perduró 21 años y se prolongó hasta 1985.
La banda dejó para el final sus canciones más famosas, primero Bohemian Rapsody, para el bis We Will Rock You y para el cierre definitivo, We are the Champions, la misma canción con la que concluyó su espectáculo de hace tres décadas y que en el llamado «país del fútbol» es venerada como todo un himno al deporte rey.
La profunda huella de Mercury se hizo patente en la Ciudad del Rock de Río, pues había varias personas disfrazadas de Freddie entre el público que se tomaron fotos con todo el que se lo pidió.
Al margen de Queen, la nostalgia impregnó otros momentos de la jornada inaugural de la decimosexta edición del Rock in Río, en especial en un repaso de una decena de bandas y cantantes brasileños que participaron en diferentes ediciones del festival.
En poco más de una hora de presentación, pasaron sucesivamente por el escenario artistas tan diferentes como los viejos rockeros Ney Matogrosso, Erasmo Carlos e Ivan Lins y la diva Ivette Sangalo, la diva del «axé», la pegadiza música pop típica del estado brasileño de Bahía.
También pasaron por el escenario brevemente y casi sin solaparse bandas como Skank, Titãs, Frejat o Jota Quest que entonaron al público brasileño.
La banda estadunidense One Republic, segundo plato fuerte de la noche y telonera inmediata de Queen, hizo un concierto de menos a más, empezó a ritmo de balada, incluso se acompañó «Apologize» con un violonchelo y Ryan Tedder se atrevió a hacer un solo de guitarra de estilo flamenco.
La presentación ganó decibelios y garbo a partir de «Counting Stars», uno de los temas más conocidos de la banda, que guardó para colofón una versión muy marchosa de Seven Nation Army, de The White Stripes, «Love Runs Out» y «I Lose Myself», que fue acompañada por timbales.
Antes habían calentado el escenario la banda irlandesa The Script, que se congenió con el público carioca vistiendo camisas de la selección brasileña y con un encendido discurso de su vocalista, Danny O’Donoghue, acerca de la universalidad de la música.
El Rock in Río, que se prolonga por siete días divididos en dos fines de semana, tendrá este sábado su primera noche de rock duro, con artistas como Metallica, Mötley Crüe, Royal Blood y Gojira.
Fuente: Excélsior