El Presidente de la República logró a la mitad de un sexenio lo que ningún otro mandatario precedente: el peor nivel de popularidad.
En esto coinciden varias encuestas de opinión –realizadas el mes pasado– que reprueban la gestión peñanietista.
Los “numeritos” esos –nada agradables para Los Pinos– no ocultan la creencia mayoritaria de los mexicanos: que el país padece febril desnutrición económica, aguda desigualdad, dolorosa adversidad, endémica corrupción, flagrante impunidad y –sobre todo– lacerante inseguridad.
Jorge Buendía, director de Buendía & Laredo, Francisco Abundis de Parametría y Roy Campos de Consulta Mitofsky muestran coincidencias en sus respectivos resultados: que Peña Nieto va por el peor camino, marcado por la falta de certeza y credibilidad derivadas de la tragedia por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, el escándalo de La Casa Blanca de las Lomas, la masacre de Tanhuato, y –sobre todo– por la fuga imperdonable de El Chapo Guzmán.
Esos plomos pesan más que todas las plumas de pavorreal presumidas por las reformas imposibles logradas hace un año, incluida la consolidación de la reforma educativa recargada contra el magisterio disidente.
Las tres casas encuestadores mencionadas coinciden en que los niveles de aceptación presidencial comenzaron a desplomarse el 26 de septiembre de 2014 por la tragedia de Iguala.
Como logros presidenciales se destacan los apoyos de los programas sociales y las acciones en materia de salud; las opiniones sobre la nueva estrategia energética y las obras públicas quedan polarizadas; para unos están bien a secas, para otros, dan lo mismo.
En términos generales, más del 40 por ciento de la población tiene algo bueno qué decir del Poder Ejecutivo Federal; el 60 por ciento, todo lo contrario.
Las encuestas aún no reflejan la preocupación de la gente sobre el impacto que pueda tener en el bolsillo la devaluación del peso y la caída de los precios del petróleo.
No cabe duda, concluyen los encuestadores: lo económico preocupa aún más que la inseguridad.
Los sectores mas airados en contra de Peña Nieto por un lado son los jóvenes, y por otro, los sectores socio económicos más favorecidos y mejor preparados. En todo caso, los más leales a la causa peñanietista siguen siendo las masas beneficiadas por lo programas sociales.
EL MONJE LOCO: Es sintomático. Las tres encuestas mencionadas resultaron incómodas para los grandes medios de comunicación que acostumbran patrocinarlas. ¿Fue miedo o precaución?