Plácido Domingo se reencontró una vez más con Tlatelolco la tarde de este viernes al dirigir a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México en la ejecución del Requiem de Giuseppe Verdi en un concierto para honrar a las víctimas de los sismos de 1985.
El concierto se realizó en la Plaza de las Tres Culturas, donde fueron desplegadas 3 mil sillas y se colocaron pantallas para seguir de manera remota el recital.
Las pantallas fueron colocadas en la explanada de la Secundaria 16, Segunda Sección; en la plaza que forman los edificios Campeche, Guerrero y Michoacán, Tercera Sección; y a un costado del Jardín Santiago y del CCU Tlatelolco.
En el concierto participaron los 120 integrantes de la Orquesta Filarmónica y 80 miembros del Coro.
El escenario fue colocado junto a la zona arqueológica y dando la vista al edificio Chihuahua (gemelo del Nuevo León, que cayó en 1985) para que desde las terrazas y departamentos se pudiera observar el concierto sin dificultad.
Plácido Domingo tiene una cercanía especial con Tlatelolco. Le atan razones irrompibles. Son lazos de sangre. El 19 de septiembre de 1985, Plácido estaba en Chicago, Estados Unidos. El tenor rentó un avión para viajar a la Ciudad de México. Apenas aterrizó se dirigió a Tlatelolco.
El edificio Nuevo León, de 13 pisos de altura y 200 metros de longitud, en el que vivían sus tíos Embil Echaniz, Francisca Aranguren de Embil, una prima suya y un sobrino de meses de nacido, eran escombros, vigas y muebles destrozados.
Tras encontrar los restos de sus familiares, Plácido Domingo los sepultó y partió de inmediato de México. Durante los meses siguientes interrumpió su carrera para dedicarse a cantar en beneficio de las víctimas.
En seis meses reunió un millón de dólares. Su labor le valió tener un busto de bronce colocado en el sitio donde estuvo el edificio Nuevo León. Se trata del único monumento en la Ciudad dedicado a una persona viva. De ese tamaño es el lazo que une a Plácido Domingo con Tlatelolco.
El tenor, de 74 años, fue una de las figuras que hoy recibió el premio Ángel de la Ciudad, que por primera vez concede el Gobierno de la Ciudad de México para reconocer a quienes jugaron un papel relevante tras el devastador movimiento telúrico.
Fuente: Excelsior
1 comentario
Señores del poder judicial la sociedad NO CREE en ustedes nada. Se venden siempre al mejor postor. La justicia NO LES INTERESA. Apliquen los principios de respeto, justicia, empatía, MORAL. La fuga del Chapo? Es una demostración muy clara. Hasta cuando Señor?