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Expresan condolencias por muerte de Gutiérrez Vega

Publicado por
Aletia Molina

Hombre multifacético, pero sobre todo un poeta generoso y congruente, fue Hugo Gutiérrez Vega para sus amigos y colegas. “Siempre vivió en una casa muy modesta, era un hombre de una gran congruencia… ya no hay congruencia en el país”, contó ayer, en el velorio del jalisciense fallecido el viernes a los 81 años, Elena Poniatoswka. La escritora fue una de las primeras en acudir a la funeraria Gayosso de Félix Cuevas, de donde el cuerpo del poeta salió para ser incinerado a las 21:00 horas.

“En primer lugar era un hombre muy ‘persignado’, que rezaba y todo eso, conforme fue pasando el tiempo se unió a las causas sociales de los olvidados; era muy alivianado, trataba bien a los chavos. Lo conocí hace mil años, era muy guapo, un cuero”, agregó la escritora, quien presenció las reuniones que se hacían junto con el político Andrés Manuel López Obrador. “Hugo iba a todas, ahí estaba con su inteligencia. El nombre de Morena él se lo dio; fue una sugerencia que hizo Hugo”.

Un retrato del poeta junto a su hija en Grecia aguardó ante el féretro con sus restos. Lucinda Ruiz Posada, su viuda, y sus hijas Lucinda y Fuensanta permanecieron dentro de la capilla; a ellas el presidente del Conaculta, Rafael Tovar, les dijo que el jueves próximo, cuando estaba programada una mesa con su presencia para recordar el 50 aniversario de la primera publicación de Buscado amor, se hará un reconocimiento en su honor.

Hugo, agregó el funcionario, “es una de esas grandes figuras de la cultura mexicana, no sólo por su contribución literaria en su poesía, en el ensayo, en la traducción, el periodismo, sino como un gran promotor cultural; y fue un gran diplomático”. Su carrera en servicio exterior la inició en 1963 como agregado cultural en Roma, después pasó por las embajadas de México en Londres, Madrid, Washington y Río de Janeiro, hasta terminar como embajador en Grecia.

De esa etapa mediterránea, opinó el crítico y poeta Marco Antonio Campos, surgirían sus mejores versos: “perdemos un gran poeta sobre todo por los libros griegos, esos siete años que pasó en Grecia fueron definitivos para él; su poesía es ligera, brillante, pero en esos tres libros (Los soles griegos, Cantos del despotado de Morea y Una estación en Amorgos), Hugo concilia lo que también se hacía en la Grecia antigua, es decir, unir estética y ética”.

Campos recordó a Gutiérrez Vega además como un amante del teatro y del cine; con él coincidía sobre las divas de la cinematografía mexicana y sobre la maestría de Emilio El Indio Fernández. “Era un hombre de múltiples facetas, se adaptaba muy fácilmente a su trabajo: si estaba en el teatro lo hacía muy natural, tenía una gran ductilidad en su personalidad para adaptarse a todo tipo de ambientes, conversábamos largamente por teléfono, me impresionaba su memoria sobre el teatro y sobre el cine, recordaba escenas, personajes”.

Vicente Quirarte, su compañero en la Academia Mexicana de la Lengua (AML), recordó que formaban parte de una tertulia que se reúne el primer viernes de cada mes, fundada en honor de José Rogelio Álvarez. “Nos veremos este viernes y lo recordaremos. Pensando en una vida tan fecunda, tan completa, pienso que siempre fue un hombre que iba en contra de las corrientes, que se enfrentó a las autoridades. Recuerdo que nos contaba con gran humor que cuando iba a una obra de teatro en la que participaba, él manejaba su Volkswagen y se iba vestido de cardenal desde su oficina para participar en la obra. Esa característica contestataria y rebelde se mantuvo toda su vida, siempre fue un hombre que dijo lo que pensaba y además lo decía con una enorme elocuencia, era un hombre de una memoria privilegiada y todo lo que tenía en la cabeza lo sabía decir con esa voz de actor que poseía, la memoria se trasladaba en un lenguaje elocuente, en una hermosa voz”, agregó.

Con el reciente ingreso de Alejandro Higashi a la AML, la institución había vuelto a estar completa. Con la partida de Gutiérrez Vega volverá a quedar una silla vacía. “Hugo ha escrito una obra eminente, fue un hombre sabio, gran lector, culto, poeta distinguido, generoso colega y amigo, vamos a lamentar mucho, vamos a hacer un homenaje en la Academia y yo hablaré de los dos, tanto de Hugo como de Eraclio (Zepeda) que murieron con una semana de diferencia”, dijo Eduardo Lizalde.

“Hemos sido amigos durante medio siglo, íntimos amigos, un hombre de gran inteligencia, talento y bondad extraordinaria, acababa de hablar con él, no pensé que fuera a morir, estaba bien de salud, bueno resistiendo enfermedades, acababa de viajar a Venezuela…”, agregó.

Fuente: Excélsior

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Aletia Molina