Apenas 24 horas después de que en Quito los presidentes de Colombia y Venezuela acordaran una “normalización progresiva de la frontera” binacional, Nicolás Maduro anunció la imposición del estado de excepción en los municipios del estado de Amazonas que lindan con el país vecino. Así el mandatario venezolano completa una franja sanitaria bajo jurisdicción militar que bordea la zona fronteriza con Colombia desde el norte, en el estado de Zulia, hasta el extremo sur, en Amazonas.
El presidente venezolano hizo el anuncio durante la emisión número 40 de su programa semanal, En Contacto con Maduro, transmitido desde el Palacio de Miraflores, en Caracas.
De acuerdo a Maduro, la medida en nada contradice lo conversado en la capital ecuatoriana con su par colombiano, Juan Manuel Santos, en presencia de los jefes de Estado de Uruguay y Ecuador, Tabaré Vásquez y Rafael Correa. El sucesor de Hugo Chávez al mando de la Revolución Bolivariana calcula que la vuelta a la normalidad en la frontera colombovenezolana tomará de seis a doce meses, y solo será producto de las reuniones temáticas que este miércoles 23 se inician en Caracas entre ministros de ambos países. Entre tanto, se propone no cejar “ni un centímetro hay que apretar la mano contra el delito, contra los delincuentes y los paramilitares”.
Maduro aseguró que en Quito pudo explicar a los presidentes reunidos la gravedad de la situación en la frontera para que entendieran “la dureza de las medidas que hemos tomado y seguiremos tomando”. A su juicio, desde que hace un mes ordenó el cierre del paso fronterizo del suroeste de Venezuela, entre el estado de Táchira y el departamento colombiano de Norte de Santander, las autoridades venezolanas han venido asestando golpes certeros a las redes del crimen organizado que operan en la zona.
Calificó de “tensas, intensas y productivas” las conversaciones con Santos, al que reconoció, a pesar de las “inmensas diferencias” políticas entre Caracas y Bogotá, una voluntad compartida para la coexistencia y hacer de la zona de frontera una región de “trabajo productivo”.
La ocasión sirvió para que Maduro volviera a prestar atención al conflicto con su vecino oriental, Guyana, con el que rompió relaciones a principios de julio. Durante el programa expresó su confianza en que la semana que viene, en el marco de la Asamblea Anual de Naciones Unidas en Nueva York, podrá sostener un encuentro cara a cara con el presidente guyanés, David Granger, y canalizar la controversia abierta desde que Georgetown denunció ante sus aliados del Caribe angloparlante las presiones de Caracas, alarmada por las prospecciones petrolíferas en la plataforma marítima del territorio Esequibo (mitad occidental de Guyana), que Venezuela considera suyo tras un diferendo más que centenario.
Fuente: El País