El mundo financiero se mantiene en suspenso ante un eventual cambio de política de la Reserva Federal de Estados Unidos, conocida como la FED, que debe decidir hoy si conserva o sube la tasa de interés referencial, que está en 0,05 % desde la crisis del 2008.
El Comité de Mercado Abierto de la FED comenzó ayer su reunión de dos días para evaluar el estado de la economía estadounidense, que es el termómetro para decidir sus políticas de mediano y largo plazo.
De considerar que hay elementos de confianza sobre la recuperación de la primera potencia mundial podrían subirse los intereses que usan los bancos para préstamos e inversiones.
Los que apuestan por el alza hablan de que el índice podría subir un cuarto de punto porcentual respecto de su banda actual de 0 % a 0,25 %. Pero algunos analistas se mostraron ayer escépticos al alza, luego de que se dio a conocer el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en EE. UU., el cual volvió a caer, como venía ocurriendo hasta finales del 2014, con lo que la inflación interanual quedó en el 0,2 %. Ese dato está muy lejos del 2 % de inflación que la FED se ha marcado como “objetivo saludable”.
A eso se añade un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), que recortó ayer su previsión de crecimiento económico mundial a causa de los problemas de países emergentes como China y Brasil. El documento, que lleva el inusual título de ‘Enigmas e incertidumbres’, recalculó sus proyecciones de un aumento del PIB mundial de 3 % en el 2015 y 3,6 % en el 2016, frente a 3,1 % y 3,8 % en su informe anterior.
Ambos elementos hicieron a los analistas dudar de que la FED cambie su política monetaria, contrario a lo que se creía hace apenas una semana, cuando se daba por seguro un cambio de sentido al estímulo monetario decidido desde el 2008.
En sus últimas comparecencias públicas, la presidenta del Emisor estadounidense, Janet Yellen, y los presidentes regionales del banco central estadounidense han asegurado que ya se dan las condiciones generales para comenzar a aumentar los tipos de referencia.
Ese año, la Reserva Federal inició un programa de adquisiciones de bonos del Tesoro y títulos hipotecarios por valor de 85.000 millones de dólares mensuales, que en el 2014 fue reduciendo progresivamente hasta acabar con él en octubre. Una vez terminado el programa de inyección de liquidez, los miembros de la FED están anticipando el comienzo de la subida de los tipos de interés, que se ha visto retrasada hasta ahora por las señales titubeantes que ha dado la economía de EE.UU. Pero ahora, con un sólido crecimiento del producto interior bruto (PIB) a un ritmo anual del 3,7 % en el segundo trimestre del año, después de un moderado avance de solo un 0,6 % en los tres primeros meses, parecía que había llegado la hora del anticipado ajuste.
La nueva bajada de la inflación en agosto se debió a la depresión que, desde hace más de un año, vienen experimentando los precios de la energía, que cayeron esta vez 2 %, algo que tiene efectos mundiales. Durante los últimos 12 meses, el precio de la gasolina en Estados Unidos ha caído más de un 23 %, de acuerdo con el informe sobre la inflación dado por el Gobierno. Sin tener en cuenta los precios de los alimentos (que aumentaron 0,2 % en agosto) y de la energía, considerados los más volátiles, la inflación subyacente en agosto aumentó 0,1 % y la interanual se situó en el 1,8 %.
Sin embargo, los gobernadores de los doce distritos regionales de la FED que componen el Comité de Mercado Abierto también van a tener en cuenta otros factores, como el fuerte debilitamiento de la economía china, un motor fundamental de los mercados de materias primas, que ha generado volatilidad en las bolsas internacionales y ha obligado a las autoridades a devaluar el yen.
Muchos estadounidenses ya están saldando sus deudas. Una encuesta de Wells Fargo/Gallup a inversores revela que el 46 % de los inversores ha reducido su deuda en los últimos dos años y otro 23 % logró mantener estable su carga de deuda.
Unas tasas de interés más altas apuntalarían los argumentos ya sólidos en favor de saldar las deudas con altos intereses lo antes posible.
Si las tasas suben considerablemente –para que tengan un gran impacto haría falta más que el cuarto de punto que evalúa la FED en la primera tanda–, las cuotas de los préstamos hipotecarios, la deuda de las tarjetas de crédito y otros préstamos de tasa variable tendrán un fuerte aumento.
Dicho esto, no necesariamente es una decisión inteligente destinar cada centavo de sus ahorros a pagar deuda.
Fuente: Portafolio