Representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), –encabezados por el mexicano Emilio Álvarez Icaza– visitan México para “observar” la situación de los Derechos Humanos.
¿Álvarez Icaza viene también por el desquite?
Sí.
Muchos lo ningunean por no haber logrado la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); ahora regresa con poder inaudito para serenar desánimos en su contra, como el de Isabel Miranda de Wallace –presidente de la organización Alto al Secuestro –quien ha torpedeado la “investigación de la investigación” del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) –de la CIDH– por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
Sin embargo, Isabel Miranda de Wallace descalifica al grupo de expertos. Señala que la CIDH no cuenta con facultades para una investigación penal, y Álvarez Icaza está impedido a actuar por conflicto de interés; su ex primer visitador –Mario Patrón– es director del Centro Miguel Agustín Pro Juárez AC, organización que ampara a los padres de los 43 normalistas.
El Maestro Emilio Álvarez Icaza ha sido piedra en el zapato del gobierno, y de quienes están metidos en el activismo derecho-humanista. Su relación política con Marcelo Ebrard lo enfrentó a Miranda de Wallace, ex candidata panista al GDF…
Doña Wallace aparte, ahora, la administración peñanietista requiere trabajar de cerca con Álvarez Icaza para legitimar acciones en el esclarecimiento del caso de Ayotzinapa. Por eso acata los dictámenes del GIEI y apoya prorrogar su estancia. A cambio, el Gobierno recibe el aval de la CIDH –y de Álvarez Icaza–.
Es un “gana-gana”…
EL MONJE LOCO: Álvarez Icaza, contesta a doña Isabel, y otros agoreros oficiosos: «Puede ser que mis opiniones y mi trayectoria no gusten, pero el conflicto de interés no existe; tengo condición de revisar lo que pasa en todos los países del continente, incluido México».