Alemania y Francia acogerían juntos casi la mitad de los 120,000 refugiados que la Comisión Europea pretende repartir entre los países de la Unión Europea, según la propuesta detallada en Estrasburgo, Francia, y que será analizada por los ministros de Interior el próximo lunes 14 de septiembre.
De aprobarse el texto, 31,443 candidatos al asilo actualmente en Grecia, Hungria o Italia serían enviados a Alemania, destino preferido de la mayoría de los indocumentados que cruzan actualmente el territorio europeo, mientras que Francia recibiría otros 24,031.
España sería el tercer mayor receptor, con una cifra de 14,931, seguida de Polonia, con 9,287, Holanda, con 7,214, y Rumanía, con 4,646.
Las cifras fueron definidas con base en un cálculo en el que el tamaño de la población de cada país corresponde a 40%, así como el Producto Interno Bruto (PIB), y el nivel de desempleo y el número de solicitudes de asilo anteriores corresponden a otros 10 por ciento.
Sólo serán transferidos refugiados nacidos en Siria, Irak y Eritrea, países cuyas tasas de aprobación de los pedidos de asilo se elevan a 75 por ciento.
Del total de 120,000 reubicados, 54,000 serán procedentes de Hungría, 50,400 de Grecia y 15,600 de Italia.
Esas cifras se suman a los 40,000 refugiados procedentes de Grecia e Italia que los Veintiocho ya acordaron, en mayo pasado repartirse.
Bruselas espera un acuerdo acerca de un reparto obligatorio, del que estarían excluidos únicamente Reino Unido, Irlanda y Dinamarca, debido a cláusulas específicas de membresía a la Unión Europea (UE).
Los países que no quieran o no puedan contribuir con la cifra establecida deberían justificar su situación a la CE y solicitar una exención que, de ser aprobada, se limitaría a un máximo de doce meses.
Aún así, dichos países estarían obligados a pagar una “compensación financiera” al fondo europeo para el asilo y la migración, equivalente a 0.002% de su PIB.
El destino de cada refugiado reubicado sería definido teniendo en cuenta su situación familiar, sus calificaciones y competencias lingüísticas y laborales, de modo a que se encamine a cada país las personas con mayores probabilidades de encontrar un trabajo allí.
También se tendrían en cuenta la cultura y características sociales de los reubicados, a fin de favorecer la integración en el nuevo país de residencia, explicó la CE.
Los refugiados que participen del programa estarían prohibidos de salir del país al que fueron asignados mientras se procese su demanda de asilo.
Para desanimar posibles éxodos, Bruselas recomendó que las ayudas concedidas por los gobiernos nacionales a los reubicados sean materiales (alimentos, piso y ropas) y no financieras, como ocurre actualmente en muchos países.
El Ejecutivo exige que los países europeos no tarden más que dos meses para completar el procedimiento de relocalización, a partir de la fecha que anuncien la cantidad de refugiados que están dispuestos a recibir.
Bruselas ofrecerá una ayuda de seis mil euros por persona acogida, mientras que Grecia, Hungria e Italia tendrán derecho a 500 euros por refugiado para cubrir costes de transporte.
En total, el plan costará a los cofres de la UE cerca de 780 millones de euros.
Fuente: El Economista