La Suprema Corte de Justicia de la Nación tunde al dogmatismo religioso y a los sectores sociales más conservadores con otra sentencia histórica: la legalidad de la adopción a favor de parejas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero).
El máximo tribunal considera salvaguardar los derechos de una minoría a conformar una familia más allá de la preferencia sexual de quienes la integran. El interés de los niños susceptibles a la adopción no ha de limitarse por prejuicio, menos por fanatismo. Ninguna forma de discriminación cabe en este país, se argumentó en largo debate.
La sentencia abre la puerta a consolidar este derecho a nivel federal. Por ahora sólo está vigente en el Distrito Federal, Coahuila, y desde ayer, en Campeche.
Hace dos meses, los demonios “ultras” de siempre –con sotana y sin ella– lanzaron su ira contra la Corte por haber avalado la unión entre personas del mismo sexo. La grey católica atizó la hoguera al calificar la homosexualidad como un renglón torcido de Dios, una amenaza a la sagrada familia… y un problema de salud pública.
¿Cobrará más fuerza el llamado a una cruzada contra aquello que la religión califica como una aberración?
“El buen corazón de una pareja del mismo sexo no es suficiente para criar un hijo”, nos dice una guanajuatense.
“¿Con este absurdo esperamos que Dios castigue a México?”, pregunta una moreliana.
¿Y usted, que opina de la adopción homoparental?
EL MONJE LOCO: La adopción por parte de parejas del mismo sexo es legal en dieciocho países como Canadá, Holanda, Suecia, Sudáfrica, España, Francia, Alemania, Reino Unido, Israel, Uruguay, Argentina, Brasil… y 22 estados de la Unión Americana.