Ante el mensaje que dio la semana pasada el papa Francisco en el que sostuvo que los divorciados aún “forman parte de la Iglesia”, clérigos mexicanos comentaron que ese punto reafirma el reto que tienen para acoger a quienes rompieron su matrimonio y se volvieron a casar, y a los hijos producto de su nueva unión, pues es una realidad que “no se puede pasar por alto”, ya que “no hay que irse sobre lo ideal, sino sobre lo real”.
Ministros consultados comentaron sobre el discurso del Papa y, aunque no quisieron especular acerca de si se abre la posibilidad de cambiar las reglas para los separados, mencionaron que el divorcio será un tema que los obispos abordarán en el próximo Sínodo de la Familia, en octubre.
Para el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Eugenio Lira Rugarcía, las reflexiones que realizó Jorge Bergoglio “no son nota nueva”, porque Juan Pablo II y Benedicto XVI ya habían debatido el asunto.
En tanto, el padre Rafael Alemán Jasso, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Familia, Juventud, Laicos y Vida, de la CEM, consideró que todos los pastores tienen la urgencia de encontrar caminos para recibir a las personas que establecieron una nueva unión.
Cuestionados sobre si el mensaje del papa Francisco abre la posibilidad para cambiar las reglas para los divorciados, en cuanto a su derecho a la comunión, o para anular el matrimonio ante la Iglesia, los ministros respondieron que el tema será abordado en la reunión del Sínodo en octubre.
“Es un tema que se quiere discutir en el Sínodo de los Obispos. Hay diferentes posturas al respecto; en su momento Juan Pablo II y Benedicto XVI habían pedido que fueran más ágiles los procesos de causa de nulidad, sin que por esto bajaran en su calidad. Y el otro tema, evidentemente se va a plantear en el Sínodo, habrá que esperar el resultado y a la exhortación apostólica que el Papa dará a conocer al finalizar el cónclave. Es un tema que se va a tratar, pero todavía no sabemos qué decisión será, por eso no me atrevería a especular”, expresó el secretario general de la CEM.
Añadió que en la reunión se van a tratar los desafíos que enfrenta la familia, pues recordó que hay algunas que atraviesan por situaciones difíciles, como la separación.
“No cerrar puertas”. “Es una realidad que no podemos pasar por alto, el Papa ha dicho: ‘No hay familia perfecta y ahora que es el Síndo, una vez más se va a comprobar esa realidad’. Hay familias que van bien, otras que enfrentan situaciones muy difíciles, otras que están separadas y frente a esto no hay que irse sobre lo ideal, sino sobre lo real y tratar de ver cómo atenderlas”, subrayó Lira Rugarcía.
El padre Alemán Jasso comentó que en su mensaje el Papa no habló sobre la comunión sacramental, sino que exhortó a los sacerdotes a “encontrar los caminos” para atender a los divorciados en una nueva unión.
“Una de las cosas que ha pedido el Papa es, por ejemplo, a los tribunales eclesiásticos que le den prisa a los procesos que llevan de nulidad. En su mensaje no habla acerca de la comunión sacramental, lo que está diciendo es que debemos buscar caminos para atender a todos estos hermanos. Que no les cerremos las puertas, que no les echemos todavía más cargas encima”, expresó Alemán Jasso.
Lira Rugarcía comentó que la Iglesia no cuenta con un registro nacional de cuántos matrimonios han sido anulados, puesto que cada Diócesis lleva su recuento.
La anulación del matrimonio se realiza cuando el Tribunal de la Iglesia halla que por lo menos faltaba algún elemento esencial para que un matrimonio sea válido; por ejemplo, que alguno de los contrayentes fuera incapaz para la unión, debido a alguna debilidad física o alguna condición sicológica.
Atención a nuevas uniones. Los prelados comentaron que la atención pastoral a las personas, quienes tras su ruptura matrimonial establecieron una nueva unión, ha sido un trabajo que la Iglesia católica realiza desde años atrás en el país.
“Después de la exhortación del papa Juan Pablo II, Familiaris Consortio, se creó la pastoral familiar y existe un área para atender personas que están en una nueva unión, luego de que su matrimonio anterior fracasó”, expresó.
“Son un sinnúmero de matrimonios que están en esta situación. La atención a los divorciados en nueva unión tiene que ser la prioridad para la Iglesia en México”, dijo Alemán Jasso.
Fuente: El Universal